La investidura tuvo lugar en la sede de la AIDC, encabezada por la directora médico de la institución, Mayra Melo, y el subdirector, Pedro Corniel. Participaron además la jefa de residentes salientes, Cemirade Payán; Aimée Flores, coordinadora docente; Natividad Díaz, jefe del Departamento de Enseñanza y Miguel Popa, de los Laboratorios.

En su alocución Melo exhortó a los nuevos especialistas a “siempre mantener el norte en la calidad humana al momento de ejercer su profesión, ya que el centro se empeñó en formarlos con ese valor, para beneficio de los pacientes, sobre todo, por la circunstancia sanitaria que aun afecta al país y el mundo”.

Payán agradeció a la AIDC en nombre de los graduados “el haberse convertido en su casa formativa y entrenarlos con los más altos estándares de la cardiología moderna”.

Con 57 años de existencia, la AIDC es la escuela de cardiología más antigua de la República Dominicana “y la más exigente”, dijo Melo.  “Tenemos 57 años de existencia que orgullosamente nos colocan en los más altos estándares académicos de Latinoamérica”.

Explicó que la institución aplica un riguroso programa de enseñanza, conforme con los parámetros de los ministerios de Salud Pública y de Educación Superior, Ciencia y Tecnología, y avalado por la Universidad Autónoma de Santo Domingo.