

Además de los libros confiscados, la funcionaria del Parlamento ucraniano destacó el problema de la proporción de libros en ruso y ucraniano en las bibliotecas del país. Según ella, la situación es «muy triste», ya que actualmente aproximadamente el 44% de los libros en las bibliotecas públicas están en ruso, mientras que el resto está en ucraniano o en otras lenguas de la Unión Europea.
Esto plantea preocupaciones sobre la preservación de la cultura y la identidad nacional de Ucrania, ya que la dominancia del ruso en las bibliotecas públicas sugiere una falta de atención y apoyo a la literatura y las tradiciones en ucraniano.
Es importante destacar que los libros confiscados que apoyan a Rusia y los de la época soviética muestran una clara intención de controlar la información y limitar la libertad de expresión, lo que es contrario a los valores democráticos y de derechos humanos.
En resumen, la confiscación de libros y la proporción de libros en ruso en las bibliotecas públicas de Ucrania son problemas graves que deben ser abordados para garantizar la preservación de la cultura y la identidad nacional de Ucrania, así como para proteger la libertad de expresión y los derechos humanos.