Fondos activistas presionan por una ruptura en empresa química Bayer

Berlín, Alemania.– El gigante químico alemán Bayer enfrenta una ofensiva de los fondos activistas que exigen una escisión del grupo para revalorizar las acciones, depreciadas por el fiasco de la compra de Monsanto.

El ambiente es explosivo en el seno del grupo, pese a la presentación de sólidos resultados anuales en 2022, cuando cuadriplicó su beneficio neto impulsado por las ventas «récord» de su negocio agroindustrial gracias al aumento de precios de los herbicidas.

El grupo obtuvo el año pasado un beneficio neto de 4.150 millones de euros (4.393 millones de dólares) el año pasado, comparado con 1.000 millones de euros en 2021, indicó en un comunicado.

Los fondos Bluebell e Inclusive Capital, que tomaron una participación en Bayer a inicios de año, intentan obligar a la dirección a disolver la empresa.

Esos inversores ya se atribuyen una victoria: el nombramiento de un candidato externo, Bill Anderson, como sustituto del exdirector general, Werner Baumann.

Bayer niega cualquier relación entre la llegada de los inversores y ese anuncio, pero la presión aumenta.
Ahora los fondos piden que se corten más cabezas y se replantee la estrategia para mejorar la confianza del mercado y valorizar las acciones.

«Se espera que el presidente del consejo de vigilancia introduzca cambios importantes en la gobernanza los próximos meses», declaró a AFP Nicolas Ceron, gestor de cartera de Bluebell.

Los nuevos inversores pretenden dividir a la empresa en al menos dos partes: la actividad agroindustrial y la salud.

Bluebell ha apoyado especialmente esa iniciativa, mientras que Inclusive Capital considera que el debate «debe estar sobre la mesa».

Elliott Management, otro fondo activista presente desde 2019, lleva tiempo impulsando la escisión.

Todos comparten la idea de que el valor del grupo es menor que la suma de sus partes individuales.

«Nuestro objetivo es garantizar que la valoración de Bayer refleje su potencial», afirmó Ceron.

Bayer adquirió Monsanto en 2018 por más de 63.000 millones de euros, pero la operación resultó una pesadilla.

Tras la compra, Bayer enfrenta un aluvión de procesos judiciales en Estados Unidos de parte de antiguos usuarios de Roundup, un herbicida a base de glifosato comercializado por Monsanto y

Fuente: AFP