Suiza abandona Haití, pero sus ONG luchan por quedarse

Internacionales 27 de abril de 2023 Margarita Victorino Margarita Victorino
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En los últimos meses las calles de Puerto Príncipe, la capital de Haití, han sido escenario de protestas civiles masivas y enfrentamientos entre bandas armadas. Ahora las bandas controlan más de la mitad de la ciudad y los asesinatos y secuestros van en aumento.

Suiza ha suspendido la ayuda bilateral al desarrollo en Haití. Aunque esto no impide que las ONG helvéticas continúen su labor mientras la isla caribeña se encamina hacia el colapso.  

El inicio de este curso escolar en Haití no se parece a ningún otro de los que ha vivido el país en los últimos tiempos. Tras varias semanas de retraso por la violencia de las bandas, las escuelas, por fin, abrieron sus puertas en octubre, solo para convertirse en blanco de saqueos de los grupos armados. Como fue el caso de un instituto de Pétion-Ville, un suburbio de la capital, Puerto Príncipe.    

La coordinadora en Haití de la ONG suiza Terre des Hommes (Tierra de Hombres) Guerty Aimé recuerda que “los niños estaban sitiados”. Y dice que las clases solo podían impartirse esporádicamente, aunque —a pesar del riesgo— los padres prefirieron seguir enviando a sus hijos a la escuela. Dado que los grupos criminales reclutan activamente a menores, no hay mucho donde elegir: “O vas a la escuela o te unes a una banda”, indica Aimé.  

Las bandas se han hecho con el controlEnlace externo de más de la mitad de la capital y también han invadido otras partes de la isla, por lo que la violencia armada contra las escuelas se ha multiplicado por nueveEnlace externo en el último año, según Naciones Unidas. Barrios enteros viven atemorizados. Los asesinatos y los secuestros aumentan. El brote de cólera de octubre, junto a la agitación social generalizada alimentada por el descontento con el Gobierno, no ha hecho más que empeorar las cosas. “La gente negocia la supervivencia a diario”, afirma Aimé.   

En medio de esta precaria situación, Suiza —el sexto donante estatal del país— una vez que en 2020 decidió acabar la ayuda bilateral al desarrollo en América Latina y el Caribe, sigue con sus planes de retirarse de Haití. Incluso está acelerando su retirada de Haití por el riesgo sobre el terreno: la financiación acabará a finales de 2023, un año antes de lo previsto.

“Los logros en reducir la pobreza se echan a perder”

“Esto implica que los recursos económicos que Suiza pone a disposición del desarrollo de Haití van a reducirse considerablemente”, reconoce Elisa Raggi, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores suizo.

En 2020 el Gobierno sugirió que centrarse en menos regiones —África subsahariana, Asia, Norte de África y Oriente Medio, y Europa del Este— implicaría utilizar de una manera más eficiente la ayuda al desarrollo. Aunque hubo quienes expresaron su preocupación —incluido el Relator Especial de la ONU sobre el Derecho al Desarrollo— por el hecho de que las decisiones de financiación de Suiza se basaran en intereses a largo plazo y no en el objetivo de reducir la pobreza.

Decenas de proyectos bilaterales que —en ámbitos como la productividad agrícola, las reformas económicas y el buen gobierno— en 2023 Suiza financia en Haití con 10 millones de francos (10,2 millones de dólares) están en juego.

Ayuda al desarrollo en Haití

Para satisfacer necesidades inmediatas, como alimentos y agua y mejorar la respuesta a las catástrofes, a partir de 2024 su compromiso bilateral pasará de la ayuda al desarrollo a la ayuda humanitaria. De hecho, la embajada en Puerto Príncipe ya ha sido sustituida por una oficina de ayuda humanitaria. Pero esta ayuda no igualará su presupuesto de desarrollo: los fondos humanitarios para 2024 serán de 5,9 millones de francos; poco más de la mitad del presupuesto de desarrollo de 2023.

La retirada suiza se produce en un momento en que la economía haitiana —tras tres años consecutivos de contracción— atraviesa graves dificultades. Los grupos de ayuda advierten de que Haití —el país más pobre del hemisferio occidental— está al borde del colapso. Para el Banco MundialEnlace externo, la crisis actual significa que “los logros alcanzados en la reducción de la pobreza se han deshecho”. Incluso la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE) reconoceEnlace externo en un informe que los posibles efectos de la ayuda internacional al desarrollo —que representa alrededor del 10 % del PIB de Haití— “son difíciles de ver”.  

En Haití, el país más pobre del hemisferio occidental, las acciones de desarrollo a largo plazo, como la generación de ingresos y la formación profesional, siguen siendo tan vitales como la ayuda humanitaria, según Conor Walsh, director para Haití de Cáritas Suiza. Keystone / Johnson Sabin

Pero Suiza insiste en que no abandona al pueblo haitiano. La COSUDE se ha comprometido a una salida gradual y “responsable”. Según Raggi, seguirá financiando el desarrollo de Haití a través de canales multilaterales, aunque no ha querido revelar en qué cantidad. Raggi dice que Suiza también seguirá siendo miembro del consejo de administración del Banco Interamericano de Desarrollo, la principal fuente de financiación multilateral para los países más vulnerables de la región.

Capacidad de recuperación a largo plazo

Para Cáritas Suiza —que gestiona en Haití varios proyectos financiados por Suiza—, dadas las múltiples crisis a las que la población haitiana se enfrenta, el cambio de enfoque de Suiza no necesariamente está fuera de lugar.

“Mantener una presencia humanitaria es absolutamente esencial y bienvenido”, declara Conor Walsh, director de la ONG en Haití. Pero Cáritas, que realiza tanto labores humanitarias como de desarrollo, cree que lo uno debe llevar a lo otro. “La labor humanitaria siempre debe tener una perspectiva más a largo plazo en el fomento de la capacidad de una comunidad para recuperarse, reconstruir y, en última instancia, recuperar su bienestar económico y social”, cuenta Walsh.  

swissinfo

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