A continuación el discurso íntegro del magistrado Román Jáquez Liranzo
“Hace unos momentos ante el hemiciclo del Senado de la República, nos juramentamos para asumir ser el presidente en la Junta Central Electoral en el periodo 2020-2024. Lo dije anteriormente y lo reiteró aquí la JCE a partir de ahora es la casa de la democracia, donde los partidos, agrupaciones, movimientos políticos, candidaturas independientes y sectores de la vida nacional tendrán las puertas abiertas para un diálogo franco, permanente y plural en el espíritu de buscar soluciones conjuntas a desafíos comunes. Esto sin menoscabo del apego estricto de la Constitución, las leyes y los principios democráticos que debemos cumplir y hacer cumplir.
Indudablemente el mandato constitucional de la Junta Central Electoral es un deber cívico, lo que nos hace trabajar en lo inmediato por el funcionamiento, salvaguarda, accesibilidad y consolidación del registro civil y de la identidad, porque es ahí donde inicia la protección de la soberanía nacional y de la condición de lo que nos hace dominicanos aquí y en el mundo.
La JCE será una institución cercana dando acceso a servicios efectivos e idóneos en procura de que nadie sea un muerto civil por una ineficiencia que paga en vida por errores institucionales.
A los dominicanos y dominicanas que viven en nuestro terruño y aquellos que conforman la diáspora, a ellos es que nos debemos y por ellos estamos comprometidos a brindar servicios de calidad, eficientes, oportunos y justos, acordes con los tiempos, la innovación y la tecnología disponibles.
Estamos conscientes los retos que nos depara el futuro se enfrentan con trabajo, carácter, firmeza, espíritu colectivo, tolerancia, transparencia y apertura.
No quepan dudas nuestra determinación está centrada en ser los organizadores de un proceso electoral íntegro, con un registro electoral transparente, aperturado a la diáspora dominicana que aún no forma parte.
Con juntas electorales en los 158 municipios integradas por personas capacitadas en la administración electoral y en la justicia electoral, consciente de su responsabilidad sistémica y democrática y luego con valores democráticos y cívicos.
Por su parte, los servidores de la Junta central Electoral son ciudadanos que admiro y respeto por que durante mucho tiempo se han entregado en cuerpo y alma a trabajar por la democracia.