Sobrevivir en un desierto sin llevar el agua suficiente podía lograrse en la saga de ciencia-ficción “Dune” gracias a un mono, parecido a un traje espacial, que capturaba el sudor y la orina del portador, los purificaba y dejaba a disposición del usuario el agua potable resultante. Ahora, unos científicos han conseguido fabricar un mono de esta clase.
Aunque procesos de reciclaje de este tipo ya se realizan a bordo de naves espaciales, el nuevo traje y el grado de miniaturización logrado para el sistema de procesamiento constituyen el caso más claro de materialización científica de esa idea de ciencia-ficción de “Dune”.
La nueva tecnología la ha creado un equipo encabezado por Sofia Etlin, de la Universidad Cornell en Estados Unidos, y su primera aplicación será como componente de trajes espaciales de nueva generación.
La NASA planea para 2025 y 2026 las misiones Artemis 2 y 3, en las que una tripulación orbitará la Luna y la otra aterrizará en su polo sur, respectivamente. Se espera que a estas misiones les sigan misiones tripuladas a Marte en la década de 2030. Sin embargo, los astronautas llevan mucho tiempo quejándose de la falta de comodidad e higiene de la actual prenda de máxima absorbencia (MAG), el sistema de gestión de residuos de los trajes espaciales tradicionales de la NASA, en uso desde la década de 1970, que funciona como un pañal para adultos de varias capas fabricado con un polímero superabsorbente.
“Al parecer, el MAG ha tenido fugas y ha causado problemas de salud como infecciones del tracto urinario y molestias gastrointestinales. Además, actualmente los astronautas solo disponen de un litro de agua en sus bolsas de bebida del traje espacial. Esto es insuficiente para las salidas extravehiculares lunares previstas, de mayor duración, que podrán durar 10 horas, e incluso hasta 24 horas en caso de emergencia”, explica Etlin.
Etlin y sus colegas han diseñado un dispositivo de recogida de orina que incluye una prenda interior fabricada con varias capas de tejido flexible. Esta se conecta a un recipiente colector (con forma y tamaño diferentes para mujeres y hombres) de silicona moldeada, para ajustarse alrededor de los genitales.
La cara interior del recipiente colector está forrada de microfibra de poliéster o de una mezcla de nailon y elastano, para alejar la orina del cuerpo y dirigirla hacia el módulo de procesamiento, con la ayuda de una bomba de vacío que la aspira. Una etiqueta RFID, unida a un hidrogel absorbente, reacciona a la humedad activando la bomba.
Una vez recogida, la orina se desvía al sistema de filtración de orina, donde se recicla. A continuación, el agua purificada se enriquece con electrolitos y se bombea a la bolsa de bebida del traje, quedando disponible para su consumo. Recoger y purificar 500 mililitros de orina solo lleva cinco minutos.
El sistema, que integra bombas de control, sensores y una pantalla de cristal líquido, funciona con una batería de 20,5 voltios. Su tamaño total es de 38 por 23 por 23 centímetros, con un peso aproximado de 8 kilogramos: lo suficientemente compacto y ligero como para llevarlo en la espalda en la mochila de un traje espacial.
NCYT