Cara más afinada: las soluciones más eficaces para conseguir un rostro delgado

Muchas personas tienen el complejo de tener la cara muy redonda o algo gordita. Para ponerle solución, comienzan dietas extremas, hacen mucho ejercicio físico o acuden a centros especializados para realizarse alguna cirugía estética que afine su rostro y conseguir el resultado que desean. Sin embargo, muchas veces estas opciones no llevan a la meta deseada y, además, existen otras fórmulas más sencillas de lograrlo.

 
Un rostro afinado aporta una apariencia más estilizada y juvenil a la persona. Por ello, cada vez son más las personas que se interesan por técnicas que permitan definir los pómulos y adelgazar el rostro. En esta búsqueda nos encontramos con dos tipos de alternativas. La primera son las intervenciones quirúrgicas que resultan muy rápidas pero son más invasivas y suponen un importante presupuesto. La segunda vía son métodos alternativos más naturales con los que también podemos conseguir una cara más afinada.

Si eres de esas personas que sufren el complejo de tener una cara con una forma demasiado circular,    te explicamos el amplio abanico de posibilidades que puedes encontrar hoy día. Desde métodos naturales relacionados con la alimentación o llevar a cabo una vida sana, hasta propuestas cosméticas o de medicina estética.

Soluciones en medicina estética
Todos sabemos algunas medidas que debemos de tomar para que nuestra cara tenga un aspecto más saludable. No fumar o beber alcohol, no comer ultraprocesados, hidratarnos bien o hacer un uso diario de cosméticos hidratantes y reafirmantes formarían parte de esta lista de imprescindibles.

Si eso no es suficiente, los centros de medicina estética nos pueden aportar una ayuda extra con técnicas muy efectivas. Entre las más utilizadas para redefinir el contorno natural del rostro y disimular la papada están los inductores de colágeno que se pueden realizar con la inyección de gel de microesferas de calcio. Otra posibilidad es la criolipólisis que es un método que utiliza el frío en determinadas zonas del cuerpo, como por ejemplo la papada, para eliminar las células grasas de forma natural mediante el sistema linfático.