Unos científicos han puesto a punto un nuevo método para detectar la basura de plástico en las playas y lo han probado con éxito en un remoto tramo de costa.
El trabajo lo ha realizado un equipo encabezado por Jenna Guffogg, de la Universidad RMIT en Australia.
El método de procesamiento de imágenes por satélite ideado por estos científicos capta las diferencias en la forma en que la arena, el agua y los plásticos reflejan la luz, lo que permite detectar los plásticos en las costas desde más de 600 kilómetros de altitud.
Ya se usa tecnología por satélite para rastrear las ingentes cantidades de plástico que flotan en nuestros mares, desde pequeñas masas de miles de botellas de plástico, bolsas y redes de pesca hasta gigantescas islas flotantes de basura como la Gran Mancha de Basura del Pacífico, que ocupa el triple de la superficie ocupada por Francia.
Sin embargo, la tecnología por satélite utilizada para detectar plásticos flotando en el agua no funciona tan bien a la hora de detectar plásticos depositados en las playas, a las cuales a veces las corrientes marítimas los arrojan y en donde pueden mezclarse fácilmente con la arena.
En cambio, gracias al nuevo método desarrollado por el equipo de Guffogg, ya es posible detectar eficazmente el plástico en las playas, donde es más fácil acceder a él y retirarlo mediante operaciones de limpieza.
Actualmente, la humanidad arroja al mar más de 10 millones de toneladas de basura plástica al año. Se calcula que en 2030 esa cifra podría alcanzar los 60 millones.
El plástico en las playas puede tener graves consecuencias para la fauna y su hábitat, al igual que en mar abierto. Los trozos de plástico pueden ser confundidos con comida, atrayendo animales. Algunos los ingieren y luego sufren problemas de salud. Otros quedan atrapados en marañas de plástico o dentro de objetos de plástico.
En lo que es una triste paradoja, las playas de islas remotas presentan algunas de las mayores densidades de plásticos registradas en el mundo. Detectar la acumulación de plástico en ellas es muy difícil por medios convencionales, ya que es poco probable que embarcaciones o aeronaves se acerquen a esas playas. En cambio, con el nuevo método es factible detectar tales acumulaciones en imágenes captadas desde satélites.
Si estos plásticos no se retiran, inevitablemente se fragmentan aún más, transformándose en microplásticos y nanoplásticos, más escurridizos y por tanto más difíciles de retirar.
Guffogg y sus colegas exponen los detalles técnicos de su nuevo método de visualización de plástico por satélite en la revista académica Marine Pollution Bulletin, bajo el título “Beached Plastic Debris Index; A modern index for detecting plastics on beaches”.