¿Cómo debe gestionar RD el mercado Criptos?

Economía11/03/2025Raudy MotaRaudy Mota
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Tres hechos recientes se han producido en el mercado de las criptomonedas de los cuales República Dominicana debe sacar varias lecturas:

El primero es el escándalo generado por la súbita subida, en 1.300%, que en cuestión de horas tuvo la criptomoneda $Libra, impulsada por un mensaje del presidente argentino Javier Milei que atrajo a unos 40,00 inversores , para luego, en cuestión de segundos, desplomarse. Aunque el mandatario se defiende alegando que difundió el surgimiento de la cripto, más no la promovió. Sin embargo, lo ocurrido revela que el riesgo de estafas en este mercado es alto.

El segundo es lo que ha ocurrido en el Salvador, donde para satisfacer una exigencia del FMI que obligaba a mitigar los riesgos para el fisco de los criptoactivos en el marco de un financiamiento otorgada a ese país de 1,400 millones de dólares, el Congreso modificó a finales de enero la pionera legislación aprobada en septiembre de 2021 sobre las criptomonedas. Con la modificación dejaban de ser monedas oficiales y su uso quedaba relegado a intercambios entre ciudadanos y empresas privadas, mientras que su aceptación pasaba de ser de obligatoria a voluntaria.

Con posterioridad a la firma del acuerdo, el Gobierno hizo compras de bitcoins que pusieron en dudas el cumplimiento de lo acordado, aunque el Gobierno trató de disiparlas al afirmar que había comunicado al organismo internacional que esas compras «son consistentes» con el acuerdo. No obstante, el hecho revela todavía la regulación y fiscalización no es seguro y se aproxima a lo dubitativo.

Y lo tercero es lo que acaba de ocurrir en Estados Unidos. La intención del presidente Donald Trump de convertir a su país en la capital de las criptomoendas ha comenzado a tomar cuerpo en hechos: él acaba de crear, a través de una orden ejecutiva, la reserva estratégica de bitcóin, y ha dicho que va a ser “como un Fort Knox virtual para albergar oro digital en la tesorería estadounidense».

Oportuno es hacer notar que, a diferencia de países como El Salvador, a los cuales el FMI pone condiciones a cambio de otorgar financiamiento, Estados Unidos no tiene esas ataduras porque al no recibir préstamos, su rol se limita a supervisar la economía estadounidense, no la fiscaliza ni le impone reglas o regulaciones.

A eso se agrega que, contrario al saliente presidente de la SEC, Gary Gensler, quien antes de dejar el cargo abogó por intensificar sus regulaciones sobre los criptoactivos, el presidente actual del organismo regulador, Mark Uyeda, ha anticipado una mayor contención en la actividad reguladora de la agencia que dirige tras los años «excesivamente ambiciosos» de la era Biden. «Mi forma de ver la regulación financiera es que no somos una lancha motora», ha asegurado.

Partiendo del peso que tiene la economía de Estados Unidos, la creación de esa reserva estratégica y el giro de la regulación del mercada de las criptomonedas para orientarla a aprovechar los beneficios de la innovadora tecnología y no sólo para defenderse de los riesgos y amenazas, auguran que estamos ante un mercado que llegó para crecer y multiplicarse.

Obviamente, el país no debe ser sólo un espectador, debe regular ese mercado para proteger a los inversores de buen fe, evitando que la regulación sea tan débil que convierta el ecosistema cripto en un «salvaje oeste» o que sean tan excesivamente fuerte que mate la innovación.

MM

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