Una carta del Titanic enviada por correo en 1912 se vende por 400.000 dólares en una subasta

Internacionales27/04/2025Celia SantanaCelia Santana
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Una postal escrita por Archibald Gracie, uno de los sobrevivientes más conocidos del Titanic, fue subastada por 300.000 libras esterlinas (aproximadamente 399.000 dólares), según informó la casa de subastas Henry Aldridge & Son, ubicada en Wiltshire, Inglaterra. La pieza fue adquirida por un coleccionista privado de Estados Unidos.

La carta, considerada una rareza histórica, fue escrita el 10 de abril de 1912, el mismo día en que el Titanic zarpó desde Southampton en su fatídico viaje inaugural. En ella, Gracie, pasajero de primera clase, le escribió al tío abuelo del actual vendedor:

“Es un buen barco, pero esperaré al final de mi viaje antes de juzgarlo.”

La misiva fue matasellada en Queenstown (actual Cobh), Irlanda, una de las dos escalas del transatlántico antes de su hundimiento en el Atlántico Norte tras chocar con un iceberg. En la tragedia murieron más de 1.500 personas, lo que la convirtió en uno de los desastres marítimos más trágicos de la historia moderna.

Se cree que esta es la única carta escrita por Gracie a bordo del Titanic que se conserva. El subastador Andrew Aldridge la calificó como “una pieza excepcional de calidad de museo”, y destacó que el precio de venta superó con creces la estimación inicial, que era de 60.000 libras.

Archibald Gracie sobrevivió a la catástrofe al lanzarse al mar y lograr subirse a un bote plegable volcado, del que más tarde fue rescatado por otros sobrevivientes. Fue trasladado al R.M.S. Carpathia, el buque que acudió al rescate. A su regreso a Nueva York, escribió uno de los testimonios más detallados sobre la tragedia: “The Truth about the Titanic” (“La verdad sobre el Titanic”).

Gracie había embarcado en Southampton y ocupaba la cabina C51 en primera clase. Aunque sobrevivió, nunca se recuperó por completo de la hipotermia sufrida aquella noche y murió en diciembre de 1912, víctima de complicaciones derivadas de la diabetes.

Fuente: New York Post

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