Bebés prematuros y desnutridos mueren en Gaza por el bloqueo y el colapso sanitario

Internacionales20/07/2025Celia SantanaCelia Santana
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La ofensiva israelí sobre Gaza ha devastado por completo el enclave, tras casi cinco meses de asedio, muchos bebés gazatíes nacen prematuros y desnutridos, enfrentándose a una muerte que, en condiciones normales, sería evitable. En el hospital Al Helou, en el norte de la ciudad de Gaza, cuatro recién nacidos comparten una sola incubadora, llevan pañales demasiado grandes para sus frágiles cuerpos y respiradores artificiales les suministran oxígeno.

Desde el 2 de marzo, Israel ha bloqueado la entrada de suministros, incluyendo agua, equipos médicos y alimentos. La falta de combustible, además, impide el funcionamiento continuo de los generadores eléctricos en los hospitales. Compartir incubadoras se ha vuelto necesario para ahorrar energía.

Tahiye Wajih Abu Sultan, palestina de 33 años y madre de cinco hijos, observa a su bebé a través del cristal de la incubadora. El pequeño, que apenas pesa un kilogramo, cuenta con una incubadora individual, pero su estado es grave. Los médicos temen por su vida.

“He venido hoy al hospital y los médicos me dicen que la situación de mi hijo es difícil. Solo Dios puede salvarle”, dijo entre lágrimas Abu Sultan. La mujer explicó que no tiene ni pañales ni leche para alimentar al niño, y que su esposo, herido en la cabeza durante un bombardeo israelí, no puede levantarse de la cama.

El sábado, el Ministerio de Sanidad de Gaza reportó 70 muertes por desnutrición aguda, incluida la de un bebé de 35 días. Según la Organización Mundial de la Salud, más de 50 menores han muerto desde el inicio del bloqueo. Esta cifra no contempla las muertes ocurridas fuera de centros médicos.

La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA) advirtió que uno de cada diez niños menores de cinco años sufre ya desnutrición. Antes de la destrucción generalizada, Gaza contaba con unas 125 incubadoras en la ciudad y en la región norte. Hoy, solo 36 están operativas, según indicó Naser Boulboul, jefe del Departamento de Cuidados Intensivos para recién nacidos del hospital Al Shifa, actualmente trabajando de forma provisional en otro centro.

Boulboul afirmó que ver morir a los bebés es inimaginable. Explicó que muchas mujeres embarazadas llegan heridas por los bombardeos y mueren por hemorragias. En estos casos, los médicos intentan salvar a sus hijos con cesáreas de emergencia, pero entre la mitad y dos tercios de los recién nacidos fallecen.

“Estamos trabajando en unas condiciones sin precedentes. No hay incubadoras, ni equipos médicos, ni respiradores artificiales”, lamentó el médico. Los cortes eléctricos y las fallas en los generadores son frecuentes, lo que provoca la muerte de recién nacidos prematuros en estado crítico. “Estamos perdiendo muchas vidas que podrían haberse salvado si contáramos con los recursos necesarios para continuar el trabajo”, denunció.

El asedio israelí, la desnutrición materna y el bajo peso al nacer hacen que la supervivencia de los bebés sea tan difícil como esquivar los bombardeos, que han causado cerca de 59.000 muertes en Gaza desde octubre de 2023, según datos del Ministerio de Sanidad local.

La falta de alimentos es extrema. Desde productos básicos como harina y alubias hasta cualquier alimento fresco, todo escasea. La ONG estadounidense Rahma Worldwide alertó el sábado que más de un millón de palestinos están en riesgo de morir de hambre.

Un médico del hospital Naser, en el sur de Gaza, informó que algunas familias están dando agua con sal a sus hijos para calmar el hambre, cada vez más personas llegan a los servicios de urgencias exhaustas y con signos de desmayo. Rahma advirtió de una afluencia sin precedentes de pacientes con desnutrición extrema que llegan a los hospitales en estado de agotamiento y pérdida de movilidad debido al hambre prolongada, una situación que ha sido confirmada en distintos centros médicos de la Franja.

El doctor Boulboul lucha por salvar la vida de un bebé nacido a las 25 semanas de gestación, cuya madre sufrió un parto prematuro tras un bombardeo. El equipo médico llegó a considerar dejarle morir, debido a la falta de recursos y las escasas probabilidades de supervivencia. Sin embargo, la llegada del padre al hospital, quien había perdido a todos sus otros hijos, los convenció de intentarlo.

El bebé permanece en tratamiento intensivo, requiere soporte respiratorio constante y debe estar en incubadora entre 12 y 15 semanas. “Esperamos poder salvarle la vida”, dijo el pediatra, en voz baja. Y concluyó: “Necesitamos urgentemente que se detenga la guerra. La desnutrición aguda está resultando ser aún más letal que los propios bombardeos”.

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