¿Te imaginas vivir sólo 5 minutos? animal con la vida adulta más efímera

Curiosidades 12 de febrero de 2024 Kiry Jiménez Kiry Jiménez
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La esperanza de vida del ser humano depende, sobre todo, de las condiciones sociales y culturales en que se desarrolla. En España la esperanza de vida está en torno a 83 años —80 los hombres, 86 las mujeres—, en Estados Unidos 4 años menos de promedio, y los países con mayor longevidad, Noruega y Japón, nos superan por apenas medio año.

También entre los animales de una misma especie hay diferencias; en general, por ejemplo, un animal suele vivir más tiempo en un zoológico que en estado silvestre. En la naturaleza, la esperanza de vida de los animales es muy variable; hay especies que alcanzan edades centenarias, como ciertas especies de tortugas, almejas o gusanos. Y otros, como muchos insectos, que son realmente efímeros.

Un grupo de insectos llama especialmente la atención: los efemerópteros, comúnmente llamados efímeras. Estos animales despiertan la curiosidad por el gran contraste entre la fase juvenil o ninfa, muy larga, —entre varios meses y dos años, según su especie— y una fase adulta extraordinariamente corta.

Las efímeras, haciendo honor a su nombre

Los huevos de efímera, depositados en el agua, eclosionan cuando la temperatura es adecuada. De ellos emerge una ninfa, que es exclusivamente acuática. Suele enterrarse en el fondo rocoso y arenoso de los cursos fluviales o de los lagos, donde captura materia orgánica en suspensión. La presencia de estas ninfas de efemeróptero en un entorno determinado sirve, en estudios del estado del agua, como indicativo de aguas poco o nada contaminadas. Además, son el alimento de múltiples criaturas, desde peces hasta aves.

La fase juvenil tiene una duración variable según la especie, entre los 10 y los 24 meses. Durante este tiempo, la ninfa va realizando mudas sucesivas, y creciendo de tamaño. Cuando las condiciones son favorables, a finales de la primavera o principios del verano, normalmente marcado por la temperatura del agua, la ninfa emerge del agua y sufre la penúltima muda. La forma resultante es una especie de preadulto, que ya tiene alas pero aún no ha desarrollado el sistema reproductor; los entomólogos lo denominan ‘preimago’. En esta fase, comienzan a volar libremente, siempre cerca de los cursos de agua, buscándose unos a otros, pero sin llegar a interactuar.

Es la última muda, responsable de la transición de preimago a imago —término científico para referirse al insecto adulto—, la que permite el desarrollo de los órganos sexuales y, por tanto, la capacidad reproductiva. Y es en este momento cuando la vida tranquila de meses de juventud se convierte en una trepidante carrera contra el tiempo. En este corto lapso, que suele durar entre 24 y 48 horas, cada individuo debe completar su misión reproductiva. En España, se puede observar este fenómeno entre mayo y junio —en inglés se llama mayfly, literalmente ‘mosca de mayo’—, cuando las efímeras, en una danza colectiva, sincronizan en la medida de lo posible su breve existencia adulta para perpetuar la especie. Como no todas se abren exactamente a la vez, mientras mueren las primeras, las siguientes van eclosionando, y el proceso completo puede prolongarse hasta dos semanas.

Pero para algunas especies de efemerópteros ese plazo de uno o dos días podría considerarse todo un lujo.

El efemeróptero más efímero

El efemeróptero con la adultez más corta es una especie nativa del sudeste de Estados Unidos, llamada Dolania americana, el animal conocido con la vida adulta más efímera. La fase juvenil de esta especie suele durar entre 10 y 12 meses, con múltiples mudas sucesivas, hasta que la temperatura del agua le indica que ya es el momento de emerger.

Los machos tienen su penúltima muda entre 30 y 60 minutos antes del amanecer, y en su forma de preimago, comienzan a hacer vuelos de reconocimiento buscando hembras. Cuando ellas eclosionan, minutos más tarde, los machos realizan la última muda, y transformados ya en imagos, se apresuran a aparearse con tantas hembras como puedan durante su breve etapa de adulto, de apenas media hora. Si sucede que alguna hembra no llegue a aparearse, ella morirá en una hora sin haber logrado su propósito de perpetuar sus genes a la siguiente generación.

Podría parecer que es el macho de Dolania americana quien se lleva el premio a la vida adulta más corta. Pero es la hembra, concretamente, cuando se reproduce con un macho. En el momento en el que sucede, su cuerpo emplea todos los recursos energéticos de que dispone para fecundar los huevos y ponerlos en el río antes de morir. Si tiene suerte, y solo es fecundada por un macho, puede alcanzar una esperanza de vida máxima de hasta 15 minutos. Pero lo habitual es que sean varios machos los que tengan encuentro con la hembra, reduciendo su longevidad a apenas 5 minutos.

Muy interesante

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