¿Cuántas veces debemos bañarnos?

Curiosidades 22 de enero de 2024 Kiry Jiménez Kiry Jiménez
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La ducha es uno de los momentos más relajantes del día. Ya sea fría o caliente, larga o corta, con jabón o sin él, este hábito ayuda a mantener la higiene y la sensación de frescura. Sin embargo, la frecuencia puede variar según las preferencias y las necesidades de cada uno.

Para muchas personas, ducharse diariamente es lo más habitual, mientras que otras encuentran que hacerlo con menos frecuencia (cada dos o tres días), es suficiente, tal y como han defendido en algunas ocasiones varias celebridades.

¿Pero cuál es la frecuencia recomendada según los expertos? La Academia Española de Dermatología y Verenología sugiere una ducha diaria como mucho, dado que la piel pierde hasta un 25 % de su hidratación natural en el proceso. Y aunque no hay una regla estricta que se aplique a todos, la mayoría de los especialistas coincide en que depende de la persona. Según la doctora en medicina Stephanie S. Gardner, no existe una única respuesta a esta pregunta.

“Depende en parte de tu estilo de vida. Alguien que pasa horas al sol trabajando en el campo, corriendo o montando en bicicleta, probablemente necesitará bañarse más a menudo que alguien que está fresco y en casa”, explica la experta.

 “Muchos médicos afirman que una ducha diaria es suficiente para la mayoría de las personas (Más de eso podría empezar a causar problemas en la piel). Pero para muchas personas, dos o tres veces por semana es suficiente y puede ser incluso mejor para mantener una buena salud”, afirma.

Además, según Gardner, también hay otros factores: “Si tienes ciertas alergias o una piel especialmente grasa, puede ser una buena idea ducharte más a menudo. En cambio, para las personas con ciertas afecciones cutáneas puede ser mejor reducir las duchas al mínimo”.

En general, el baño regular se considera un hábito saludable, aunque en exceso puede tener efectos negativos. “Hay que ducharse lo suficiente para mantenerse limpio, pero tampoco tanto como para resecar la piel y despojarla de su capa protectora natural”, subraya.

Y es que, pese a que ducharse ayuda a mantener el cuerpo limpio, hacerlo en exceso, podría ser contraproducente. La piel tiene una capa protectora de grasa y un equilibrio de bacterias ‘buenas’ que, según la científica, ayudan a protegerte de la sequedad y los gérmenes.

 “Si la limpias con demasiada frecuencia, sobre todo con jabones fuertes y frotando mucho, puedes eliminar esa capa y provocar sequedad, irritación y picor en la piel. Esto puede derivar en grietas en la piel por las que se cuelan gérmenes y alérgenos que pueden provocar infecciones cutáneas o reacciones alérgicas”, sostiene.

Además, el sistema inmunológico también se beneficia de la exposición a gérmenes, incluidos los que viven en la piel. Ducharse demasiado a menudo puede evitar que el cuerpo produzca anticuerpos que lo protejan contra estos gérmenes, como señala Gardner.

Además, recuerda que los jabones antibacterianos pueden interrumpir la protección bacteriana natural de la piel, haciéndola más vulnerable a las infecciones. “Esto puede suponer una diferencia aún mayor en los niños a medida que su organismo se desarrolla. Por eso, algunos pediatras y dermatólogos recomiendan no bañar a los niños todos los días”, indica.

Por el contrario, ducharse con escasa frecuencia tampoco es una práctica recomendada ya que una higiene insuficiente puede provocar un olor corporal desagradable y varios problemas de salud y piel. “Aunque normalmente no hay nada insalubre en andar por ahí con un fuerte olor corporal, puede que no sea bueno para entablar relaciones sanas con la gente en casa, la escuela o el trabajo”, en palabras de Gardner.

Además, también pueden surgir problemas de salud y cutáneos: “La acumulación de grasa puede provocar la proliferación de las bacterias que causan el acné o contribuir a problemas cutáneos como la caspa o el eccema. La suciedad y la piel muerta pueden agravar el problema al obstruir los poros”, argumenta.

Duración y temperatura de la ducha

Con respecto a la duración de las duchas, aconseja limitar el tiempo a entre tres y cinco minutos (tal y como ha reiterado la Organización Mundial de la Salud -OMS-), así como usar preferiblemente agua tibia en lugar de caliente para ayudar a prevenir problemas cutáneos. “No es lo mismo un enjuague rápido diario que una ducha maratoniana de una hora o un baño en la bañera. Cuanto más tiempo pases en el agua, peores pueden ser los efectos para el pelo y la piel”, apunta.

 “Dedica de tres a cinco minutos y concéntrate en las partes más importantes del cuerpo: axilas, ingles y cara. No es necesario frotar cada centímetro de piel, a menos que hayas estado revolcándote en la tierra.

Y la mayoría de la gente tampoco necesita lavarse el pelo todos los días. De 2 a 3 veces por semana es suficiente para la mayoría de los tipos de cabello. Aunque puede que necesites más si tu pelo es especialmente graso”, concluye.

Muy interesante 

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