El inicio del fin de los satélites Cluster

La misión de los 4 satélites de la misión Cluster de la Agencia Espacial Europea debía durar 2 años, pero la extraordinaria longevidad de estas naves ha permitido prolongar la misión hasta alcanzar un total de 24 años.

Los 4 satélites Cluster se han dedicado a investigar la interacción entre el Sol y la magnetosfera terrestre con un nivel de detalle sin precedentes.

La misión se basó en el trabajo conjunto de los cuatro satélites, volando en formación piramidal a lo largo de una órbita polar elíptica que oscilaba entre unos cientos de kilómetros de altitud sobre la superficie terrestre y 125.000.

Cada uno de los cuatro satélites, denominados Rumba, Salsa, Samba y Tango, fue dotado con la misma carga útil de 11 avanzados instrumentos y los cuatro se pusieron en órbita mediante dos lanzamientos, que tuvieron lugar el 16 de julio y el 9 de agosto de 2000.

Tras 24 años de observaciones muy útiles realizadas en el espacio por los satélites Cluster, la Agencia Espacial Europea (ESA) tomó la decisión de retirar del espacio a los cuatro satélites Cluster a lo largo de 2024-2026. Planificar las reentradas de esta manera permitiría tener un mejor control sobre dónde y cuándo caerían los satélites, eliminando el riesgo de impactos destructivos o incluso mortíferos. Esta planificación ha permitido, además, hacer que las reentradas de las cuatro naves vayan a servir para un último e importante experimento, dedicado a conocer mejor la física de las reentradas. Al comparar las reentradas de cuatro satélites idénticos sometidos cada uno a condiciones de meteorología espacial distintas y con trayectorias ligeramente diferentes, unos expertos en basura espacial de la ESA podrán completar un valioso experimento sobre la desintegración de satélites en la atmósfera. En última instancia, esto hará que las reentradas de satélites sean aún más seguras.

El primer satélite del cuarteto en efectuar su reentrada a la atmósfera terrestre y destruirse ha sido Salsa. Lo hizo el 8 de septiembre de 2024, sobre el océano Pacífico Sur. En esta región, el riesgo de que los fragmentos alcancen tierra firme es casi cero.

 NCYT