'Justicia artificial' tiene un gran problema, y es que se trata de una película demasiado consciente de que se trata de eso, de una película. O mejor dicho, de un thriller de suspense demasiado consciente de que se trata de un thriller de suspense. No más que una película, no más que un thriller de suspense.
Y eso puede ser un gran problema... si se espera algo más, claro está. Algo más que una película entretenida y un thriller de suspense no especialmente sorprendente pero sí efectivo. Esto es, si se tiene algo de ambición o de interés por el tema de fondo: ¿Es viable dejar la Justicia en manos de una IA?
Es el problema de que 'Justicia artificial' sea, ante todo, una película y un thriller de suspense: Que el tema de la IA acaba quedándose en el fondo y actuando como una especie de MacGuffin. Por resumir: No tiene la voluntad por ir más allá de lo genérico y de lo necesario para resolver la papeleta.
Del estilo a filmes tan resultones como 'La red' de Sandra Bullock que parten de una premisa interesante, oportuna y de actualidad cuyo potencial no obstante está a expensas del efectismo de una producción comercial. Entretenidas y eficaces, pero con el poso a producto desaprovechado y descafeinado.
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