Diez errores que haces al maquillarte y en los que seguramente no hayas reparado nunca
Moda y Belleza25/09/2024Prensa TNIPara muchas mujeres, maquillarse forma parte de su rutina diaria. Día tras día utilizan sus productos favoritos y llevan a cabo ese ritual casi con los ojos cerrados porque lo conocen al dedillo. Pueden pensar que son expertas y que no cometen ningún fallo, pero posiblemente no sea así ya que el uso del maquillaje puede encerrar una serie de errores que solo los expertos conocen.
Vivimos en un mundo donde existe mucha información con respecto al maquillaje, quizás demasiada. Trucos virales, tutoriales, consejos de amigas… pero muchos de ellos encierran falsos mitos que, de tanto repetirse, hemos aceptado como ciertos. Pero, como con cualquier asunto relacionado con la belleza, no debemos de olvidar que estamos poniendo en riesgo la salud de nuestra piel. Solo por ello, merece la pena informarse bien para saber cómo debemos de proceder.
Hoy en THE OBJECTIVE vamos a centrarnos en las meteduras de pata más extendidas con el maquillaje. Junto con Marta Arce, maquilladora y codirectora creativa de la firma U/1ST, vamos a repasar los diez errores más habituales para aprender una práctica guía de cómo hay que maquillarse y desmaquillarse para mantener una piel cuidada, saludable y luminosa.
1) No limpiar la piel antes y después de maquillarse
Tener un rostro limpio es algo básico, no solo antes de empezar a maquillarnos, sino también cuando llegamos a casa. La mala costumbre de dormir con el maquillaje puesto daña muchísimo nuestro rostro porque obstruye los poros impidiendo que la piel se regenere mientras dormimos. El resultado puede ser la aparición de brotes de acné, irritación o puntos negros.
La limpieza debe hacerse de manera suave, con delicadeza, sin frotar demasiado para no irritar la piel, sobre todo en la zona de los ojos. Si cometemos el error de frotar los ojos al desmaquillarnos con un disco de algodón o muselina podemos romper las pestañas e irritar los párpados que son muy sensibles. La mejor manera consiste en aplicar el producto sobre el algodón y permanecer unos segundos sobre los párpados para eliminar más fácilmente el maquillaje sin necesidad de frotar en exceso. La misma delicadeza la podemos mantener para al rostro y los labios para disfrutar de todo el ritual.
Hay que conocer cómo es nuestra piel para elegir el limpiador que mejor se adapte a sus necesidades. La limpieza es un paso fundamental para respetar y equilibrar la barrera cutánea. Si desmaquillamos en exceso o con productos demasiado agresivos, podemos provocar alteraciones en la piel.
Un truco que puedes hacer con tu limpiador es ponerte un poquito de producto en seco sobre el dedo índice y deslizarlo suavemente sobre las pestañas. Después retiraremos con agua tibia con las propias manos. Con este masaje vas a eliminar la máscara de maquillaje sin irritar los ojos a la vez que activas la circulación para cuidar el estado de tus pestañas.
2) No llevar a cabo una buena hidratación
Después de la limpieza, resulta vital aplicar una crema hidratante para nutrir y cuidar nuestra piel. Con este sencillo paso también lograremos que el maquillaje luzca mejor y dure más tiempo intacto. Si lo llevas a cabo, en pocos días te darás cuenta que necesitas menos producto de maquillaje para conseguir el resultado habitual. Eso es porque la piel ya se encuentra hidratada y preparada así que hay menos trabajo que realizar.
Recuerda también utilizar crema hidratante por la noche, después de haberte desmaquillado. Este paso del skincare también es importante para cuidar y mimar la piel y este tipo de cosméticos trabajan de maravilla mientras que dormimos.
3) Cuidado con la base
Memoriza este mandamiento beauty: no es necesario aplicar la base por todo el rostro, ni tampoco debemos abusar para tapar y cubrir. La piel tiene que verse sana, bonita y natural así que debemos de ver el maquillaje como un aliado para potenciar la belleza, no para tapar la realidad. Aplica la base solo en aquellas zonas que lo necesitan porque quieres aportar un plus de luminosidad u homogeneizar el tono.
A la hora de elegir la base de maquillaje, es importante saber qué resultados queremos obtener para buscar el producto que cumpla nuestras expectativas. Si buscamos una piel bonita, fresca, natural y luminosa, «lo ideal es elegir una base de maquillaje ligera y con acabado modulable y textura segunda piel», recomienda la experta de U/1ST.
4) No confundir corrector con iluminador
Aunque parezca obvio, no está de más repetirlo: el corrector, como su nombre indica, es para corregir y el iluminador se utiliza para iluminar. Confundirlos es uno de los errores más habituales en maquillaje y el resultado que obtenemos es el llamado ‘efecto ojos panda’. Esto sucede si elegimos un corrector que es demasiado claro para nuestro tono natural de piel.
Sin embargo, también puede suceder que nos equivoquemos y usemos el iluminador en la zona de la ojera. Con este error lo único que se consigue es potenciar aún más esta imperfección y poner el foco en ese efecto ‘ojos de panda’ alrededor de nuestra mirada.
5) Hacer un mal delineado
No todas las formas de los ojos admiten un delineado o eyeliner. Hay algunos casos en los que cuando se enmarca la mirada lo único que se consigue es dar un mayor aspecto de cansancio a los ojos o alterar la forma natural de los rasgos. Cualquiera de los dos resultados serán negativos para nuestro aspecto.
Otro de los errores más comunes con el delineado es no realizar una línea limpia y cuidada. Si queremos delinear bien, tenemos que hacerlo con la máxima atención y sin prisas. Y, lo más importante, conocer bien nuestros rasgos para saber qué tipo nos quedará mejor. Además, hay que saber elegir bien el color. Si usamos un tono demasiado oscuro en contraste con nuestro tono de piel o el color del pelo o pestañas obtendremos un resultado muy poco natural y poco favorecedor.
6) Aplicar mal la máscara de pestañas
Otro de los errores en maquillaje con el que solo logramos potenciar el cansancio de nuestros ojos tiene que ver con la máscara de pestañas. No cometas la torpeza de aplicar demasiadas capas de producto porque así se producen grumos en las pestañas logrando un aspecto muy pesado en la mirada.
Tampoco es recomendable enfatizar las pestañas inferiores con máscara. Si potenciamos la zona inferior podemos conseguir el efecto contrario y darle más protagonismo a imperfecciones como bolsas y ojeras y tener un aspecto de cansancio desde primera hora de la mañana.
7) No cuidar las cejas
Las cejas son, en la mayoría de las ocasiones, las grandes olvidadas del maquillaje. Hay muchos errores en relación con ellas. Desde delinearlas mal a no rellenarlas si las tenemos despobladas. También hay problemas de depilación porque se realiza en exceso o por que se cambia su forma natural con un aspecto poco favorecedor para los rasgos faciales. Otras veces basta con no llevarlas peinadas para que ese pequeño detalle arruine por completo el maquillaje.
8) No aplicar bien el colorete
Hay mujeres que utilizan el colorete por todo el rostro, pero este producto no es un autobronceador o un corrector que puedas aplicar sin ton ni son. Se debe utilizar únicamente en las mejillas. También lo puedes hacer en el puente de la nariz si quieres lograr ese favorecedor efecto de piel besada por el sol.
Existen coloretes en crema que son muy fáciles de aplicar. Con ellos lograrás iluminar, realzar, reafirmar e hidratar la piel. El resultado será un rubor muy natural y saludable. También hay algunas propuestas que, más allá de en los pómulos o la nariz, podrás usar en otras áreas del rostro como los labios.
9) No delinear bien la boca
Si quieres remarcar bien tus labios debes seguir el perfilado natural y no hacerlo por encima de él. Si no lo hacemos correctamente, daremos una medida desproporcionada a nuestra boca que no quedará natural.
10) No rellenar las comisuras de los labios
Este error se aprecia mucho cuando nos pintamos los labios con un rojo intenso o con colores oscuros. Olvidarnos de rellenar las comisuras de los labios hace que al hablar o gesticular se aprecie esa falta de color y se vea un efecto inacabado que cambia por completo la forma del labio y la expresión de la cara. Recuerda siempre que hay que maquillar los labios al completo.
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