Los secretos de belleza de Gracia de Mónaco revelados

Grace Kelly tenía una rutina de cuidado de la piel sencilla pero efectiva, basada en la hidratación y la protección solar. Utilizaba productos como cremas hidratantes y protectores solares, para mantener su piel joven y radiante. Siempre enfatizaba la importancia de la limpieza diaria, evitando el uso excesivo de maquillaje y prefiriendo un look natural. Además, bebía mucha agua para mantener su piel hidratada desde dentro. Otro de sus trucos era dormir bien y proteger su piel del sol con sombreros y gafas. Grace creía en la belleza natural, destacando la importancia del autocuidado constante.

 ¿Pero qué productos utilizaba? Ahora un artículo publicado en la revista Point de Vue nos recuerda en qué firma confiaba la actriz, luego princesa, para cuidar su afamada piel.

 Te hablamos de los laboratorios Lancaster. La relación entre Grace Kelly, la princesa de Mónaco, y los laboratorios Lancaster es una historia fascinante que une a la realeza con el mundo de la belleza y el lujo. Lancaster, una marca fundada en 1946 en Mónaco por Georges Wurz y el Dr. Eugène Frezzatti, se especializó en el cuidado de la piel y la protección solar. Desde sus inicios, la compañía se destacó por su innovación en la cosmética de alta gama, especialmente en productos antienvejecimiento y protección contra los efectos del sol.

Eugène Frizzati se interesó por los mecanismos de reparación de la piel y la prevención del daño solar; sus tratamientos faciales se ganaron una reputación gracias al uso de extractos celulares. En 1965 fue consagrado: el laboratorio se convirtió en Proveedor Oficial de SAS la Princesa Gracia de Mónaco, así se afianzó el vínculo entre la renombrada firma y el palacio de Mónaco. Además, hay que tener en cuenta que la sede y el departamento de Investigación y Desarrollo se encuentra en la roca.

 En 1970, Grace se vinculó con Lancaster como imagen de la marca

 Cuando Grace Kelly se convirtió en la Princesa de Mónaco tras su matrimonio con el Príncipe Rainiero en 1956, su influencia en la vida cultural y social de Mónaco la convirtieron en un ícono mundial de belleza. En 1970, Grace se vinculó con Lancaster como imagen de la marca. Esta colaboración no solo aumentó la visibilidad de los productos de Lancaster, sino que también le dio un aire de exclusividad y sofisticación.

AV