Una nueva investigación ha estrechado más el círculo en torno a cómo surgió en Mesopotamia, por vez primera en la humanidad, la escritura tal como la entendemos.
El estudio es obra de Kathryn Kelley, Mattia Cartolano y Silvia Ferrara, todos de la Universidad de Bolonia en Italia.
Los autores del estudio han llegado a la conclusión de que los orígenes de la escritura en Mesopotamia residen en las imágenes impresas por antiguos sellos cilíndricos en tablillas de arcilla y otros artefactos. Kelley y sus colegas han identificado una serie de correlaciones entre los diseños grabados en estos cilindros, que datan de hace unos seis mil años, y algunos de los signos de la escritura protocuneiforme que surgió en la ciudad de Uruk, situada en lo que hoy es el sur de Irak, unos 3.000 años antes de Cristo.
Uruk, una de las primeras ciudades surgidas en Mesopotamia, fue un centro inmensamente importante a lo largo del cuarto milenio a.C., ejerciendo su influencia sobre una extensa región que se extendía desde el sudoeste de Irán hasta el sudeste de Turquía.
En esta región, se crearon sellos cilíndricos. Fabricados normalmente en piedra y grabados con una serie de diseños, estos cilindros se hacían rodar sobre tablillas de arcilla, dejando estampada en ellas una impresión del diseño.
A partir de mediados del cuarto milenio a.C., los sellos cilíndricos se utilizaron como parte de un sistema de contabilidad para controlar la producción, el almacenamiento y el transporte de diversos bienes de consumo común, sobre todo productos agrícolas y textiles.
Ejemplo de sello cilíndrico (a la izquierda) y la impresión dejada por él sobre una tablilla de arcilla (derecha). (Foto: Franck Raux © 2001 GrandPalaisRmn (Musée du Louvre). CC BY)
En este contexto apareció la escritura protocuneiforme: una forma arcaica de escritura compuesta por cientos de signos pictográficos, más de la mitad de los cuales siguen sin descifrarse a día de hoy. Al igual que los sellos cilíndricos, la escritura protocuneiforme se utilizaba esencialmente para la contabilidad. Su uso está documentado sobre todo en el sur de Irak.
El reciente estudio abre nuevas perspectivas para conocer en detalle el nacimiento de la escritura y puede ayudar a los investigadores no solo a obtener nuevos conocimientos sobre el significado de los diseños de los sellos cilíndricos, sino también a descifrar muchos signos protocuneiformes aún desconocidos.
“El salto conceptual del simbolismo preescrito a la escritura es un avance significativo en las tecnologías cognitivas humanas”, destaca Ferrara. “La invención de la escritura marca la transición entre la prehistoria y la historia, y los hallazgos de este estudio tienden un puente sobre esta división al ilustrar cómo algunas imágenes de la prehistoria tardía se incorporaron a uno de los primeros sistemas de escritura inventados”.
El estudio se titula “Seals and signs: tracing the origins of writing in ancient South-west Asia”. Y se ha publicado en la revista académica Antiquity.