Un yate lleno de turistas naufraga en Egipto y deja 17 desaparecidos

 Las autoridades egipcias han informado del hundimiento de un yate de lujo en la costa del Mar Rojo (Egipto), que tenia 45 personas a bordo, 28 de las cuales ya han sido rescatadas, mientras que las otras 17 siguen siendo buscadas por el personal de rescate.

En el yate egipcio, llamado Sea Story, viajaban un total de 45 personas, 31 de las cuales eran turistas de diferentes nacionalidades y 14 formaban parte de la tripulación.

Todos ellos zarparon este domingo desde el puerto deportivo Port Ghalib, un lugar ubicado en la costa egipcia del Mar Rojo, para realizar un viaje de buceo que duraría hasta el próximo viernes.

Un operativo movilizado y cinco españoles rescatados

Las autoridades regionales recibieron una señal de auxilio a las 5.30 de la mañana, hora local -las cuatro y media de la madrugada en España, que había sido enviada por un miembro de la tripulación del Sea Story. De este modo, se enviaron equipos de búsqueda y rescate a la zona, donde se encontraron a varios de los supervivientes.

Según informaciones, estas cinco personas estarían a salvo y ya en contacto con las autoridades, si bien no ha trascendido ninguna información sobre su estado.

Se desconocen las causas

Los rescatados que estaban en un estado más grave de salud fueron inmediatamente trasladados en avión para recibir atención médica, aunque la mayoría fueron atendidos en los mismos barcos de rescate, donde esperaron la llegada de un barco del ejército que los transportara de nuevo a la costa.

Mientras tanto, algunas unidades siguen buscando a los 17 desaparecidos restantes, cuya nacionalidad aún se desconoce -si bien ya ha trascendido que hay un finlandés y dos británicos-, y comienzan las primeras investigaciones para averiguar las causas del accidente.

Sin embargo, hay que señalar que el naufragio del Sea Story ha coincidido con el temporal de viento y lluvias que ha tenido lugar en Egipto durante estos días. Las autoridades meteorológicas egipcias alertaron de turbulencias por el oleaje tanto en el Mediterráneo como en el Mar Rojo, por lo que se recomendó la suspensión de cualquier actividad marítima a raíz de olas que podían alcanzar los 4 metros.