Cómo saber si un amigo o familiar es adicto al teléfono móvil: cinco señales que lo revelan
Ciencia y Tecnología26/11/2024Raudy MotaEn los últimos años la dependencia al teléfono móvil ha crecido hasta convertirse en un problema significativo. Según datos de DataReportal, las personas pasan un promedio de casi siete horas diarias frente a una pantalla, de las cuales más de la mitad corresponden al uso de celulares.
Actividades como visitar redes sociales, la reproducción de música y escuchar pódcasts ocupan gran parte de ese tiempo, que evidencia un comportamiento que puede llegar a ser preocupante cuando interfiere con la vida diaria.
Varios expertos han señalado que el uso excesivo del móvil puede ocasionar adicción, caracterizada por síntomas como ansiedad, agitación y una compulsión incontrolable por revisar el dispositivo. Identificar las señales de adicción es esencial para intervenir a tiempo y buscar soluciones.
Por qué hay tanta ansiedad si no se encuentra el teléfono
Uno de los primeros signos de adicción al teléfono móvil es la ansiedad o agitación que una persona experimenta al no tener su dispositivo cerca.
Según la psicóloga Natalia Martorell de Top Doctors España, esta sensación de “desconexión” puede manifestarse a través de comportamientos, como revisiones constantes en busca del móvil o un malestar evidente cuando no hay acceso inmediato a internet.
Esta dependencia está relacionada con la necesidad de gratificación instantánea que proporcionan las notificaciones, mensajes o interacciones en redes sociales.
La ausencia de estas interacciones puede generar un vacío emocional que lleva a la persona a reaccionar de manera desproporcionada, afectando su bienestar psicológico y aumentando la tensión en su entorno familiar o social.
En qué momento se usa el teléfono
Otro indicador alarmante es el uso del teléfono en situaciones inapropiadas o de riesgo, como mientras se conduce, durante reuniones importantes o incluso en actividades familiares.
Esta conducta compulsiva refleja una falta de control sobre el uso del dispositivo y una priorización equivocada del móvil frente a la seguridad o las responsabilidades sociales.
Estudios señalan que este tipo de comportamiento puede estar relacionado con el miedo a “perderse algo importante” (FOMO). Este fenómeno impulsa a los usuarios a mantenerse constantemente conectados, ignorando las consecuencias negativas de su distracción en entornos críticos.
Qué pasa si se deja de hacer algún trabajo por estar en el teléfono
La negligencia de actividades importantes es una señal clara de que el uso del móvil está interfiriendo en la vida cotidiana. Esto puede incluir desde descuidar tareas laborales o académicas hasta evitar responsabilidades familiares o sociales por pasar horas en aplicaciones o navegando en Internet.
La psicóloga Martorell destaca que, en muchos casos, las personas utilizan el móvil como una herramienta para escapar de problemas emocionales, lo que crea un ciclo de dependencia.
Este hábito no solo afecta el rendimiento personal, sino que también, puede derivar en conflictos con amigos, familiares o compañeros de trabajo que perciben esta actitud como falta de compromiso.
Por qué se pasa tanto tiempo frente al teléfono
Una característica común en las personas adictas al móvil es su incapacidad para controlar el tiempo que dedican al dispositivo. Aunque intenten reducir su uso, suelen fracasar, lo que genera frustración y refuerza su dependencia.
El diseño de las aplicaciones, muchas veces orientado a maximizar el tiempo de uso mediante notificaciones y contenidos personalizados, contribuye a este problema.
Esta dinámica convierte al celular en una fuente constante de estimulación, dificultando que las personas establezcan límites claros y saludables en su interacción con la tecnología.
Qué pasa si hay problemas con la familia por usar el teléfono
El uso excesivo del móvil puede deteriorar las relaciones personales, porque interfiere en la comunicación cara a cara y reduce el tiempo de calidad con los seres queridos.
Es común que las personas adictas al móvil prefieran interactuar en línea antes que disfrutar de momentos significativos con amigos o familiares.
Esta desconexión emocional puede provocar conflictos y distanciamiento, especialmente cuando los demás perciben que la persona prioriza el dispositivo por encima de ellos.
Por su parte, la presión social de estar constantemente disponible en línea amplifica este problema, que limita la capacidad de establecer relaciones auténticas y profundas.
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