Nicole Kidman brilla en las provocadoras escenas de “Babygirl”

Nicole Kidman, galardonada como mejor actriz en la Mostra de Venecia por su interpretación en la película Babygirl, encabeza el elenco del film que acaba de llegar a los cines.

La cinta que está dirigida y escrita por la cineasta neerlandesa Halina Reijn, se adentra en un terreno, explorando una relación entre una poderosa ejecutiva y un joven pasante, abordando temas como el abuso de poder, el deseo y las consecuencias de decisiones impulsivas.

La trama sigue a Romy, interpretada por Kidman, una exitosa directora ejecutiva que, a pesar de tener una vida aparentemente perfecta, se envuelve en un romance con Samuel, un becario 25 años menor que ella, interpretado por Harris Dickinson. Esta relación no solo amenaza con desmoronar su carrera, sino también su matrimonio con Jacob, encarnado por Antonio Banderas, y su vida familiar.

La película plantea preguntas provocadoras sobre el poder y la moralidad en las relaciones de desequilibrio jerárquico ¿Es condenable que una mujer en una posición de autoridad se involucre con un subordinado? ¿Quién tiene el control en esta dinámica? Estas interrogantes se resuelven rápidamente en los primeros 30 minutos de la película, dejando poco margen para el desarrollo narrativo en el resto de su duración de 114 minutos.

Halina Reijn, conocida por su trabajo en Instinct, adopta un enfoque directo en su guion, explicando de manera casi didáctica las emociones y conflictos de los personajes. Desde el primer orgasmo fingido de Romy con su esposo hasta el último, esta vez real, la narrativa se presenta como una línea de puntos que guía al espectador sin dejar espacio para interpretaciones. Sin embargo, Reijn evita convertir a Samuel en un villano, presentándolo como un personaje ambiguo y manipulador, pero sin caer en clichés.