La policía desaloja con cargas y enfrentamientos a los vendedores ambulantes de la Alameda
Internacionales28/01/2025Celia SantanaEl pulso entre los vendedores ambulantes que ocupan las calles del centro de Ciudad de México y el Gobierno local ha llegado a las manos este lunes en la Alameda Central. La policía ha intentado desalojar a los comerciantes por segunda vez en poco más de un mes, pero se ha encontrado con la negativa de los trabajadores. La tensión ha escalado hasta que se han producido enfrentamientos entre los agentes y los vendedores: empujones, agarrones, golpes, los miembros de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) cargando con sus escudos y los comerciantes parapetados tras sus carritos y puestos de comida. Tres personas han sido detenidas, según la dependencia.
Sobre las 15.00, personal del equipo encargado del plan de Reordenamiento Territorial del Gobierno de Clara Brugada, alcaldesa de la capital, ha llegado a la Alameda respaldado por la policía. “Debido a la inconformidad de los vendedores de retirar sus puestos semifijos y carritos para la venta de una zona no autorizada, se desató una riña y jaloneos con los policías, personal de la Secretaría de Gobierno; resultado de estos hechos tres personas fueron detenidas y trasladadas ante el Juez Cívico”, defiende un breve comunicado de la SSC difundido antes de las 16.00.
En protesta, los comerciantes han cortado el tráfico en el Eje Central Lázaro Cárdenas y la Avenida Juárez, las dos calles principales que encuadran la Alameda. Exigen la liberación de sus tres compañeros detenidos y que les permitan realizar su trabajo sin el acoso de la policía. El problema con la venta ambulante en el centro de la capital viene de lejos. La crítica más habitual sostiene que ocupan las zonas peatonales ilegalmente e impiden el paso de viandantes, turistas y ciudadanos. Pero el comercio informal es tan intrínseco al Centro Histórico como la Catedral del Zócalo y una operación policial no es suficiente para acabar con él.
Brugada, como antes otros, se propuso descongestionar las calles más céntricas con la expulsión de los trabajadores informales. El pasado 24 de diciembre, anunció triunfalmente: “Hoy se recuperó Bellas Artes”. Un mes después, el último enfrentamiento entre comerciantes y la policía no deja en muy buen lugar aquella declaración. Tras la venta ambulante de la capital existe una maraña de intereses. La doña con su carrito de esquites es solo la punta del iceberg en la estructura económica; por detrás, quedan los líderes de los comerciantes, sindicalistas, pequeños caciques locales, políticos, grupos del crimen organizado como la Unión Tepito...
La organización tras los comerciantes informales llega a ser tan importante que, en las elecciones para el Gobierno de la ciudad o de sus alcaldías, los candidatos suelen tener gestos para ganarse su favor. Es todo un granero de votos que puede inclinar unos comicios, que no es fácil de convencer o desalojar. Y su presencia masiva en las calles se ha vuelto en un punto de tensión para las últimas Administraciones. “El ambulantaje no puede estar en una situación en la que genere problemas”, dijo la alcaldesa Brugada con el anterior intento de desalojo, con el apoyo de la presidenta de la República, Claudia Sheinbaum, ambas compañeras en Morena.
Sheinbaum aprovechó aquella ocasión para señalar que era necesario hacer un “ordenamiento” territorial en el centro capitalino, pero sin criminalizar al comercio informal. “Claro que todos queremos caminar hacia la formalización, pero las personas que se dedican a ello buscan una forma de vida, no están cometiendo un delito o algo así, sino sencillamente ordenar para que se pueda apreciar el patrimonio cultural de México, los peatones puedan caminar y, al mismo tiempo, pueda haber mercancías que puedan ser utilizados por mexicanos y mexicanas”, razonó.
Brugada no ha anunciado ningún plan para la reubicación de los vendedores ambulantes o su inclusión en el mercado laboral, más allá de sacarlos de las calles para que “los que viven, caminan, transitan, turistas, ciudadanía en general, puedan disfrutar del Centro Histórico, que es emblemático”. Existen propuestas algo vagas y poco definidas, pero nada demasiado concreto, como la idea del presidente de la Cámara de Comercio de la Ciudad de México (Canaca), José de Jesús Cárdenas, para formalizar a los comerciantes informales con un registro voluntario y la posibilidad de no pagar impuestos, al menos, durante el primer año.
Más de la mitad de los mexicanos trabajan en condiciones de informalidad, un 54,6% de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, actualizada este 3 de enero. El número oscila en esos mismos niveles desde hace años, más de 32 millones de habitantes que, como los vendedores ambulantes de la Alameda, dependen para subsistir de seguir saliendo cada día a trabajar, sin prestaciones, derechos laborales básicos ni acceso a la seguridad social.