

En 2018, Marta Carsteanu-Dombi participaba en una competencia deportiva cuando un grave accidente durante la etapa de ciclismo cambió su vida para siempre. Sufrió múltiples fracturas, hemorragia interna, pulmones perforados y una lesión en la médula espinal que cortó toda conexión entre su cerebro y la parte inferior de su cuerpo. Los médicos fueron contundentes: no volvería a caminar. Sin embargo, siete años después, Marta desafió ese diagnóstico. Hoy puede dar pasos con ayuda de un andador, impulsada no solo por su determinación, sino por una innovación médica revolucionaria.
La tecnología que conecta mente y cuerpo: el “puente digital”
El avance que lo hizo posible es conocido como “puente digital”, un sistema desarrollado en Suiza que restablece la comunicación entre el cerebro y la médula espinal mediante inteligencia artificial. El dispositivo consta de un implante en la corteza motora del cerebro, que capta las señales de intención de movimiento, y un estimulador en la médula que las ejecuta. La conexión entre ambos es inalámbrica y ocurre en menos de un segundo. Gracias a este sistema, Marta logró activar sus músculos solo con el pensamiento. “Ahora, con estos implantes, soy una auténtica Ironwoman”, dijo entre lágrimas y humor.
Del laboratorio a la esperanza
Este avance es fruto del trabajo del neurocientífico francés Grégoire Courtine y la neurocirujana suiza Jocelyne Bloch, quienes lideran el centro NeuroRestore, una colaboración entre el Instituto Federal Suizo de Tecnología y el Hospital Universitario de Lausana. Desde 2012 investigan cómo devolver la movilidad a personas con parálisis.
La tecnología comenzó con implantes que permitían caminar presionando botones. Pero el paso siguiente fue lograr que el pensamiento en sí active el movimiento, eliminando intermediarios.
Entrenamiento cerebral: pensar para moverse
Tras una cirugía que le colocó el implante, Marta inició un entrenamiento exhaustivo con fisioterapeutas e ingenieros. Primero usó un avatar virtual para aprender cómo pensar en mover la pierna: ¿levantar la rodilla? ¿mover la cadera? Esa precisión era clave para que la IA reconociera el patrón. Después de solo dos días de calibración, con apoyo técnico y un arnés, dio sus primeros pasos reales usando solo su mente. Para una persona que no podía ni sentarse sola, fue una proeza médica y humana.
¿Un futuro sin parálisis?
El “puente digital” está aún en fase de ensayo clínico, pero los resultados son prometedores. Incluso se han observado mejoras en pacientes cuando el sistema está apagado. ¿La razón? La estimulación parece fomentar la regeneración de conexiones neuronales naturales. “El sistema nervioso central está aprendiendo a reconectarse”, explicó Courtine. Según sus estudios, los nuevos nervios crecen en tipos específicos de neuronas que favorecen la reparación.
El periodista suizo Arnaud Robert, tetrapléjico, también participa en las pruebas. Gracias a esta tecnología, recuperó parcialmente el uso de su brazo izquierdo. Después de ocho meses de trabajo, puede sostener un vaso o escribir, tareas que hace un año le eran imposibles.
Una nueva definición de avance
Marta no ha “recuperado la vida que tenía”, como ella misma admite, pero puede abrazar de pie a su esposo, y eso, dice, “vale más que cualquier otra cosa”. La ciencia aún no ha vencido a la parálisis, pero con este puente digital, la esperanza ya camina.
Con información de Infobae.



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