“Mi hijo Ali murió de hambre delante del mundo entero”: la desesperación de las familias ante la falta de comida en Gaza

Internacionales 09 de marzo de 2024 Celia Santana Celia Santana
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El padre de Ali, un bebé palestino que recientemente murió de desnutrición y deshidratación en el único hospital pediátrico del norte de Gaza, ha pedido ayuda para los otros niños que reciben tratamiento allí, mientras las Naciones Unidas (ONU) advierten sobre la hambruna si las entregas de ayuda no aumentan sustancialmente.

"Ali nació en medio de la guerra y no había comida ni nada para que su madre comiera, lo que provocó que sus riñones fallaran", dijo el hombre, que no quiso ser identificado, en una entrevista grabada para el servicio de radio de la BBC en árabe, Gaza Lifeline. "La vida de Ali empeoró día tras día. Intentamos que lo trataran en los hospitales, pero no hubo ayuda... Ali falleció frente al mundo entero, que se quedó viéndolo morir".

Trágicamente, Ali fue solo uno de los al menos 10 niños que, según un equipo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), han muerto como resultado de la falta de alimentos en el sobrepasado hospital Kamal Adwan de la ciudad de Beit Lahia, tras una visita durante el fin de semana.

El ministerio de Sanidad de Gaza, dirigido por Hamás, ha informado de la muerte de 18 niños en toda la Franja desde la semana pasada debido a la desnutrición y la deshidratación. Al menos 15 de ellos ocurrieron en Kamal Adwan, y el ministerio expresó también su preocupación por otros seis niños que, según dijo, estaban siendo tratados por desnutrición en el hospital.

La agencia de la ONU para la infancia, Unicef, advirtió de que es probable que el número de niños que mueren de hambre aumente rápidamente a menos que termine la guerra entre Israel y Hamas y se resuelvan de inmediato los obstáculos a la ayuda humanitaria. Según el ministerio de Sanidad de Gaza, el 70% de los más de 30.700 muertos y los 72.000 heridos en la Franja desde el inicio de la guerra son mujeres y niños.

El ejército israelí lanzó una campaña aérea y terrestre en Gaza tras los ataques de Hamás contra Israel el pasado 7 de octubre, en los que murieron alrededor de 1.200 personas -en su mayoría civiles- y otras 253 fueron tomadas como rehenes.

Ayuda a cuentagotas en el norte

Se estima que unas 300.000 personas están actualmente aisladas en el norte de Gaza, donde el Programa Mundial de Alimentos asegura que el hambre ha alcanzado niveles catastróficos porque sólo ha podido llegar un goteo de ayuda. Los exámenes de desnutrición realizados por agencias de la ONU en enero en Gaza encontraron que uno de cada seis niños menores de dos años estaba gravemente desnutrido. De esos niños, casi el 3% padecía desnutrición aguda grave y requería tratamiento urgente.

La falta de alimentos nutritivos, agua potable y servicios médicos, así como el agotamiento y el trauma causado por el conflicto, también están obstaculizando la capacidad de las madres de amamantar a sus bebés. Sin leche materna o de fórmula -cuyas existencias, según se informa, son casi inexistentes en el norte- los bebés pueden rápidamente deshidratarse de forma grave y desnutrirse, lo que aumenta el riesgo de enfermedades potencialmente mortales como la insuficiencia renal.

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