El increíble poder de las abejas que nunca te han contando: la curiosidad del día

Curiosidades09 de septiembre de 2024Yerandi SantanaYerandi Santana
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Las abejas, esos pequeños insectos que juegan un papel crucial en la polinización y en el mantenimiento de la biodiversidad, han demostrado poseer una habilidad que hasta hace poco parecía exclusiva de los humanos y algunos primates: la capacidad de reconocer rostros. Este descubrimiento ha captado la atención de la comunidad científica y ha desatado un creciente interés por comprender mejor las capacidades cognitivas de estos animales.

 Un grupo de investigadores de la Universidad de Queensland, Australia, llevó a cabo un experimento para determinar si las abejas podían reconocer rostros humanos. Para ello, entrenaron a un grupo de abejas utilizando imágenes de rostros humanos. Las abejas eran recompensadas con una solución azucarada cada vez que identificaban correctamente una imagen específica entre varias opciones.

Los resultados fueron sorprendentes: las abejas no solo aprendieron a distinguir los rostros, sino que también demostraron la capacidad de recordarlos con un nivel de precisión notable. Esta investigación sugiere que el cerebro de las abejas, a pesar de ser extremadamente pequeño, posee una estructura que les permite procesar y almacenar información visual de manera compleja.

 Aunque el cerebro de una abeja es del tamaño de una semilla de sésamo, cuenta con alrededor de un millón de neuronas. En comparación, el cerebro humano tiene cerca de 86 mil millones de neuronas. Sin embargo, las abejas han desarrollado un sistema neuronal altamente eficiente que les permite llevar a cabo tareas complejas, como la navegación a largas distancias, la comunicación a través de danzas y, ahora se sabe, el reconocimiento de rostros.

La clave de esta habilidad reside en la capacidad de las abejas para procesar patrones visuales. Cuando una abeja observa un rostro humano, no lo ve como un conjunto de ojos, nariz y boca, sino como un patrón global. Este patrón es lo que la abeja reconoce y recuerda, una técnica que en la inteligencia artificial se conoce como "procesamiento de patrones globales".

 Este descubrimiento no solo es fascinante desde el punto de vista biológico, sino que también tiene implicaciones importantes para la inteligencia artificial y el desarrollo de sistemas de reconocimiento facial. Comprender cómo un cerebro tan pequeño puede realizar tareas complejas puede inspirar nuevas técnicas en la programación de algoritmos y en la creación de sistemas más eficientes y rápidos.

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