¿De verdad necesitas beber 2 litros de agua al día? el mito de los 8 vasos diarios

Curiosidades23 de septiembre de 2024Kiry JiménezKiry Jiménez
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La creencia de que debemos ingerir dos litros de agua al día para mantener una salud óptima se ha arraigado profundamente en nuestra sociedad. Esta recomendación, que equivale a unos ocho vasos de agua, ha sido promocionada incansablemente en campañas de salud pública y difundida por profesionales de la salud. Sin embargo, a pesar de su amplia aceptación, las bases científicas que sustentan esta afirmación son sorprendentemente débiles e, incluso, inexistentes.

La pregunta que surge es: ¿de dónde proviene esta cifra mágica de dos litros? ¿Existe alguna evidencia concluyente que demuestre que es universalmente aplicable a todas las personas, independientemente de factores como la edad, el peso, el nivel de actividad física o el clima? La respuesta, desafortunadamente, es negativa.

Si bien es cierto que el agua es esencial para nuestro organismo, la idea de que todos necesitamos exactamente la misma cantidad para funcionar correctamente es una simplificación excesiva. Nuestro cuerpo cuenta con mecanismos internos que regulan la sed, actuando como un indicador bastante preciso de nuestras necesidades de hidratación. En condiciones normales, escuchar a nuestro cuerpo y beber cuando sentimos sed suele ser suficiente para mantenernos hidratados.

Es importante destacar que la hidratación no se limita al consumo de agua pura. Otros líquidos, como los presentes en frutas, verduras, infusiones y sopas, también contribuyen a satisfacer nuestras necesidades hídricas. Además, factores como la humedad ambiental, la actividad física y la salud general pueden influir en la cantidad de agua que necesitamos.

Origen del mito de los 8 vasos de agua

Si alguna vez te has preguntado cuántos vasos son 2 litros de agua, la respuesta es 8. ¿Quién no ha escuchado alguna vez que debemos beber ocho vasos de agua al día para estar saludables? Esta recomendación, tan arraigada en nuestra cultura, parece tan simple y lógica que pocos se atreven a cuestionarla. Sin embargo, ¿te has preguntado alguna vez de dónde surgió esta cifra?

La verdad es que el origen de esta recomendación es bastante nebuloso. Una de las hipótesis más aceptadas apunta a un informe estadounidense de mediados del siglo XX que sugería un consumo diario de agua de alrededor de 2,5 litros. Pero, y aquí está la clave, ese informe incluía toda el agua que obtenemos de los alimentos, como frutas y verduras. Con el tiempo, esta recomendación se simplificó excesivamente, quedando solo la idea de beber ocho vasos de agua pura al día.

«La cantidad adecuada de agua para los adultos es de 2,5 litros diarios en la mayoría de los casos. Un estándar común para diversas personas es 1 mililitro por cada caloría de alimento. La mayor parte de esta cantidad se encuentra en los alimentos preparados».

Consejo de Alimentación y Nutrición del Consejo Nacional de Investigación de EEUU, 1945

En 1974 también aparece la recomendación sin ninguna base experimental, en un libro Nutrition for Good Health: Eating Less and Living Longer!, de F. J. Stare y M McWilliams: «¿Cuánta agua al día? Normalmente, esto está bien regulado por diversos mecanismos fisiológicos, pero para un adulto medio, se necesitan entre 6 y 8 vasos cada 24 horas, y esto puede ser en forma de café, té, leche, refrescos, cerveza, etc. Las frutas y las verduras también son buenas fuentes de agua».

Los autores abordan el tema al final del libro y de pasada. Sin embargo, parece que caló en el ideario nutricionista. Aquí hay que tener en cuenta que no es lo mismo "alrededor de 6-8 vasos" que "al menos 6 vasos". Es sutil, pero muy diferente.

Falta de cuestionamiento

A medida que el mito se popularizaba, pocas personas se atreven a cuestionar su validez. La simplicidad de la recomendación, su aparente inocuidad y la falta de escrutinio crítico permitieron que se arraigara en el imaginario colectivo. Es como si la idea de beber agua, una acción tan básica y saludable, nos hubiera cegado ante la necesidad de buscar evidencias sólidas. La industria del agua embotellada, por su parte, encontró en este mito una mina de oro, por lo que refuerza la idea de que más agua equivale a más salud. Así, una interpretación errónea de un antiguo informe se transformó en un mandamiento casi religioso, aceptado sin discusión por millones de personas, incluso por profesionales de la salud.

A pesar de que el mito de los 8 vasos diarios (2 litros) ha sido desacreditado, es fundamental recordar que el agua es esencial para nuestro organismo. Cada célula de nuestro cuerpo necesita agua para funcionar correctamente. La clave está en escuchar a nuestro cuerpo. La sed es una señal clara de que necesitamos hidratarnos. Al prestar atención a estas señales y ajustar nuestro consumo de agua a nuestras necesidades individuales, podemos mantenernos saludables y vitales.

Lo que dice la ciencia

En lugar de seguir ciegamente la recomendación de beber 2 litros de agua al día, las directrices actuales de organizaciones de salud, como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y varias academias de nutrición, promueven un enfoque más flexible y personalizado para la hidratación. En cambio, la OMS sugiere que la cantidad de agua que una persona necesita consumir depende de diversos factores, como el nivel de actividad física, el clima en el que vive, su dieta y su estado de salud general. La OMS enfatiza la importancia de escuchar las señales del cuerpo, como la sed, como guía principal para la ingesta de líquidos.

De manera similar, la National Academies of Sciences, Engineering, and Medicine en Estados Unidos, en su informe sobre Ingestas Dietéticas de Referencia (DRI, por sus siglas en inglés), proporciona un rango de ingesta adecuada en lugar de una recomendación fija. Según el informe, la ingesta adecuada  para los hombres es de aproximadamente 3,7 litros de líquidos totales por día, y para las mujeres es de aproximadamente 2,7 litros. Sin embargo, es crucial destacar que estos valores incluyen todos los líquidos ingeridos, no solo el agua pura. Esto significa que otras bebidas y alimentos que contienen agua también contribuyen a la hidratación total.

La European Food Safety Authority (EFSA) también proporciona recomendaciones similares, es decir, sugiere una ingesta diaria total de 2,5 litros para hombres y 2 litros para mujeres, de nuevo incluyendo todos los líquidos consumidos a lo largo del día.

Las fuentes de agua no solo los vasos de agua

Como ya se ha dicho, un aspecto clave que a menudo se pasa por alto es que la hidratación no proviene únicamente del agua pura que bebemos, sino también de otros líquidos y alimentos que consumimos diariamente. De hecho, una parte significativa del agua que necesitamos para mantenernos hidratados proviene de fuentes distintas al agua potable. Muchos alimentos contienen un alto porcentaje de agua, especialmente frutas y verduras. Frutas como el melón, las fresas y la sandía contienen más del 90% de agua, lo que significa que al consumirlas, satisfacemos una parte importante de nuestras necesidades de líquidos. Las verduras como los pepinos, los tomates y la lechuga también son ricos en agua. Incluso alimentos como el yogur y las sopas contribuyen de manera significativa a la ingesta diaria de líquidos.

Además del agua, otras bebidas como el té, el café, los jugos de frutas y la leche también desempeñan un papel en la hidratación. Aunque el café y el té contienen cafeína, que es un diurético leve, su efecto sobre la deshidratación es mínimo cuando se consumen en cantidades moderadas. Las bebidas deportivas, que contienen electrolitos, pueden ser particularmente útiles en situaciones de alta actividad física o en climas cálidos, donde el cuerpo pierde más agua y electrolitos a través del sudor. En estos casos, es esencial no solo reponer el agua, sino también los electrolitos perdidos, asegurando así una hidratación adecuada.

Por tanto, nos es más ni menos beneficioso beber 2 litros de agua al día. Las condiciones fisiológicas de cada persona, su metabolismo, dieta y actividad física son las que dictan la cantidad a ingerir. No es necesario que te obligues a beber 8 vasos de agua al día.

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