El satélite astronómico que comenzó llamándose WISE en su misión principal y después NEOWISE durante una nueva misión no planeada inicialmente, cesó su actividad hace varios meses y ahora ya no existe.
Lanzado originalmente al espacio por la NASA con el nombre WISE (Wide-field Infrared Survey Explorer) en diciembre de 2009, en el marco de la misión de igual nombre, este telescopio espacial inspeccionó todo el cielo en longitudes de onda infrarrojas, detectando asteroides, estrellas de escaso brillo y algunas de las galaxias más tenues detectables en el espacio profundo. WISE finalizó su misión principal cuando agotó su refrigerante criogénico y entró en hibernación en febrero de 2011. Volvió a entrar en servicio en diciembre de 2013 cuando la División de Ciencias Planetarias de la NASA le asignó nuevo nombre y nueva misión, "NEOWISE", con el objetivo de identificar asteroides y cometas en todo el sistema solar, con especial atención a los que pasan cerca de la órbita de la Tierra.
Cuando los asteroides pasan lo bastante cerca del Sol, la radiación que reciben de este los calienta y como consecuencia de ello liberan este calor en forma de radiación infrarroja, débil pero delatadora. Estudiando esta firma infrarroja, los expertos pueden averiguar el tamaño de un asteroide, entre otras cosas, y combinando esta información con las mediciones realizadas con telescopios ópticos, obtener datos adicionales. La combinación de esta información puede ayudar a determinar el grado de reflectancia de su superficie y obtener así pistas sobre su composición.
NEOWISE observó más de 3.000 cuerpos celestes que pasan cerca de la Tierra (y que quizá podrían llegar a entrañar un riesgo de impacto), ayudándonos a conocer mejor a nuestros vecinos potencialmente peligrosos del sistema solar. De hecho, las observaciones hechas por NEOWISE de 215 de esos astros fueron las primeras de la historia. También efectuó mediciones infrarrojas de más de 44.000 objetos del sistema solar. Y descubrió 25 cometas, incluyendo uno que recibió el nombre de la misión y que fascinó a observadores de todo el mundo en 2020. Los datos recolectados en la misión han sido empleados en dos millares de estudios publicados en revistas académicas.
La llegada de un incremento periódico de la actividad solar calentó la atmósfera superior terrestre, provocando su expansión y creando resistencia al avance para la NEOWISE. Esta, sin disponer de capacidad propulsiva para contrarrestar los efectos de esa expansión atmosférica, fue perdiendo altitud inexorablemente. Su órbita se volvió demasiado baja para que la nave pudiera proporcionar datos científicos utilizables.
Ante esta situación, la NASA decidió retirar oficialmente del servicio activo a la NEOWISE. El 31 de julio de 2024, la nave cesó en su actividad científica y envió a la Tierra los datos científicos restantes. El 1 de agosto, el equipo de la misión le envió a la nave una orden final, la de desconectar su transmisor.
El 1 de noviembre (o 2, dependiendo de la zona horaria), la NEOWISE completó la reentrada a la atmósfera, quemándose y deshaciéndose en ella.