ONU enfrenta un futuro incierto en su labor humanitaria en medio de su 80 aniversario

Internacionales21/06/2025Celia SantanaCelia Santana
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En el marco de su 80 aniversario, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) atraviesa una de las crisis humanitarias más graves de su historia, marcada por una drástica reducción de fondos por parte de sus principales donantes.

Bajo la administración del presidente Donald Trump, Estados Unidos —el mayor contribuyente a la organización— ha recortado significativamente su apoyo financiero a programas de ayuda internacional, sumándose a otros países occidentales que han optado por redirigir esos recursos hacia gastos de defensa nacional.

Como resultado, numerosas operaciones humanitarias de la ONU, incluidas transferencias de efectivo a poblaciones vulnerables, han sido suspendidas este año. Esta situación pone en riesgo millones de vidas en todo el mundo y ha generado tensiones internas entre agencias de la organización.

Un diplomático de uno de los países donantes, que pidió mantenerse en el anonimato, advirtió que la falta de fondos ha provocado divisiones dentro de las propias agencias de la ONU, las cuales compiten por recursos cada vez más limitados, debilitando así su capacidad de respuesta ante emergencias globales.

Testimonios de familias vulnerables en campamentos de refugiados en Kenia

En el campamento de refugiados de Kakuma, al norte de Kenia, Aujene Cimanimpaye aguarda mientras voluntarios sirven un almuerzo caliente de lentejas y sorgo para ella y sus nueve hijos. Todos nacieron mientras recibía asistencia de las Naciones Unidas, tras huir en 2007 de su hogar en la República Democrática del Congo, país marcado por la violencia.

“No podemos regresar a casa porque siguen matando a la gente”, afirma Cimanimpaye, de 41 años, una de las más de 300.000 personas que reciben apoyo del Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) en ese asentamiento.

Su familia se trasladó a Kakuma hace tres años, luego de vivir en el campo de refugiados de Nakivale, en Uganda, que actualmente alberga a más de un millón de desplazados provenientes de países del este de África afectados por conflictos armados.

A pocos kilómetros de allí, en el asentamiento de Kalobeyei, Bahati Musaba, otra refugiada congoleña y madre de cinco hijos, destacó el respaldo recibido desde 2016: “Las agencias de la ONU han apoyado la educación de mis hijos. Recibimos alimentos, agua, medicinas y también ayuda económica del PMA para comprar productos básicos”.

Fuente: AP

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