El lado bueno de los virus y como sumaron a la evolución humana

Salud 17 de enero de 2024 Kiry Jiménez Kiry Jiménez
coronavirus

En la larga travesía de la evolución humana, los virus han desempeñado un papel mucho más importante de lo que comúnmente se reconoce. Lejos de ser meros agentes de enfermedad, han influenciado de manera decisiva en el desarrollo de características fundamentales de nuestra especie, dejando una huella indeleble en nuestra biología. El genoma humano, un vasto archivo de nuestra historia evolutiva, contiene rastros de estos encuentros virales, revelando que la coexistencia con estos organismos microscópicos ha sido una fuerza impulsora en nuestra evolución.

Esta conexión genética y evolutiva entre humanos y virus ofrece una perspectiva sorprendente y profunda sobre quiénes somos y cómo hemos llegado a ser como somos. La influencia de los virus en la evolución humana es un claro ejemplo de cómo elementos aparentemente adversos pueden tener un impacto positivo y duradero en el desarrollo de una especie.

Co-evolución de humanos y virus

Los virus y los humanos tienen una estrecha relación, que va más allá de la simple idea de que los virus infectan y los humanos desarrollan defensas; es una interacción dinámica y bidireccional en la que ambos, virus y humanos, se han adaptado y evolucionado en respuesta mutua. Una carrera perfectamente ilustrada por la hipótesis de la Reina Roja, en la cual los humanos mejor preadaptados a la lucha contra virus tienden a ser más aptos y aportar más descendencia, mientras los virus que mejor infectan a seres humanos se perpetúan en el tiempo.

Un ejemplo claro de esta coevolución es la manera en la que ciertos virus han influido en nuestro sistema inmunitario. Por ejemplo, la presencia de ciertos virus en la historia evolutiva humana ha sido una de las fuerzas impulsoras detrás de la diversidad del complejo mayor de histocompatibilidad, una parte esencial de nuestro sistema inmunitario que ayuda a reconocer patógenos.

Pero la relación entre humanos y virus va más allá de las presiones selectivas. Hay ciertas implicaciones genéticas directas.

La transferencia horizontal de genes

Es bien conocido que los seres vivos transmiten sus genes a la descendencia. El mecanismo por el cual sucede esta transferencia, denominada transferencia vertical, es la reproducción, y ocurre tanto si se trata de reproducción sexual o asexual. El mecanismo de la herencia, descrito por primera vez por el sacerdote agustino y naturalista austriaco Gregor Mendel, hoy ampliamente aceptado, se sostiene en esta transferencia vertical y es causa primera en el proceso evolutivo.

Sin embargo, la transferencia vertical no es la única forma de transmitir genes. En determinadas circunstancias, puede suceder que un organismo transmita, directa o indirectamente, algunos de sus genes a otro organismo con el que no está emparentado; una transferencia horizontal de genes.

Algunos seres vivos, como las bacterias, tienen la capacidad de transmitir plásmidos —fragmentos de su propio ADN— a sus vecinas y compartir así la información genética de que disponen. Algo que, en principio, no tiene lugar en los organismos eucariontes —como el ser humano—. Pero eso no significa que, en animales, plantas y otros seres vivos con células eucariotas no ocurra la transferencia horizontal.

Este proceso, lejos de ser una rareza, ha tenido un impacto considerable en la evolución de numerosas especies, incluido el ser humano. Solo que en lugar de hacerse de forma directa, se lleva a cabo indirectamente, a través de vectores. En este contexto, los virus han desempeñado un papel crucial como facilitadores de la transferencia horizontal de genes, obteniendo material genético de un organismo e introduciéndolo en las células de otro.

El ser humano es como es gracias a los virus

Los virus han sido arquitectos silenciosos en el andamiaje de nuestra especie. Como curiosidad, y según las investigaciones de Linda Miller Van Blerkom, de la Universidad de Drew, se estima que hasta el 8 % de nuestro genoma tiene su origen en virus. Estos elementos virales endógenos, lejos de ser secuencias inactivas, desempeñan roles importantes en la regulación de genes humanos y en la orquestación de procesos fisiológicos vitales.

La mayor parte de transferencias genéticas de virus sucedieron en etapas muy tempranas de la evolución de los seres vivos; actualmente, es un proceso mucho más probable en las plantas, porque en animales requiere una infección de células reproductivas heredadas para producir una variación; células muy difíciles de alcanzar. Sin embargo, las similitudes entre las enzimas encargadas del ensamblaje de ADN entre virus y células sugieren una transferencia de genes frecuente en alguna época muy lejana.

Pero, mucho más cerca del presente, un tipo de virus se mantuvo como agente de variación genética durante la evolución de los primates y los homínidos. La capacidad de los retrovirus para insertar su material genético en el ADN celular y recolocarlo en nuevas ubicaciones les proporciona una capacidad significativa para modificar los genomas de los huéspedes. En nuestro genoma existen restos genéticos de retrovirus procedentes de antiguas infecciones; los denominados retrovirus endógenos humanos.

Algunos de esos genes procedentes de virus se relacionan directamente con enfermedades autoinmunes, leucemia y otros tipos de cáncer, aunque no todos son de carácter maligno. Hay ciertas secuencias víricas que están involucradas en la expresión genética, o aspectos tan esenciales como la formación de la placenta o la producción de inmunosupresores durante el embarazo, que actúan permitiendo el desarrollo del embrión sin que el organismo de la madre lo reconozca como un cuerpo extraño.

Los seres humanos somos como somos gracias a la interacción y la co-evolución con los virus. Ellos han contribuido a la adaptabilidad y supervivencia de nuestra especie. La relación entre humanos y virus es un testimonio de la complejidad de la evolución, gracias a la cual los agentes patógenos se convierten en partes integrantes y funcionales de los organismos que infectan.

Muy interesante

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