la manía del tulipán: el primer crack bursátil

Curiosidades 03 de junio de 2024 Yerandi Santana Yerandi Santana
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Corría el año 1637. El 5 de febrero, en Holanda se vendió un lote de 99 bulbos de tulipán por 90.000 florines.Teniendo en cuenta que el sueldo medio mensual de un ciudadano era de 150 florines y que se podía comprar un buey por 120, parece un precio excesivo a pagar por unas flores. No hubo que esperar mucho para que los holandeses reparasen en ello, ya que al día siguiente se puso a la venta un lote de medio kilo de los preciados bulbos por tan sólo 1.250 florines y no hubo quien lo comprase. La que se había llevado a cabo el día anterior fue la última gran venta. A partir de entonces se desató una gran crisis económica en toda la zona. Pero, ¿cómo pudieron los precios del tulipán alcanzar tales niveles en los mercados holandeses? 

Para comprenderlo debemos, primero, seguir el proceso por el que los Países Bajos, uno de los territorios que gozó de mayor prosperidad económica en la Europa del siglo XVII, se habían convertido en la vanguardia del nuevo capitalismo mercantil.Ya desde la Edad Media habían sido centro de comercio de la Europa occidental. Su éxito, que llevó al crecimiento sostenido de la población y de sus ingresos, tuvo su origen en la conjunción de los intereses del Estado y el sector más progresista de la población del momento. Ambas partes, conscientes de las pequeñas dimensiones del país y de sus escasos recursos, optaron por no apoyarse en la naturaleza y sí en una organización económica eficaz al buscar el crecimiento de la riqueza. 

Una de las medidas decisivas para el desarrollo económico neerlandés fue la realización de ferias en ciudades como Amberes o Amsterdam, donde compradores y vendedores podían acceder al comercio de una gran gama de productos. En ellas se crearon las llamadas lonjas de contratación, o bourses, donde los vendedores exponían muestras de sus productos, lo que permitía a los compradores realizar transacciones bajo pedido a través de otro comerciante que actuase en nombre de ellos mismos, sin necesidad de desplazarse. En tales lonjas está el origen de las actuales bolsas de valores. 

Se dictó un nuevo orden legal que daba seguridad sobre las condiciones en que se realizaba la venta, al garantizar el envío de productos de la misma calidad que la de los pactados en las ferias. Además había tribunales próximos a los mercados, a los que los comerciantes podían acudir si se sentían perjudicados, y notarios para registrar los contratos. También se daba plena difusión de precios, con la publicación de El boletín de las cotizaciones de Amsterdam, punto de partida para cualquier negociación. 

LA LOCURA DEL TULIPÁN 
En una atmósfera como la descrita, en la que los habitantes disfrutaban de una prosperidad económica sin precedentes, apareció un producto que comenzó a percibirse como un artículo de lujo y ostentación: el bulbo de tulipán. Esta flor, de origen turco, que llegó por primera vez a Europa en el año 1554 de la mano de un embajador austríaco en la corte otomana, se convertiría en menos de un siglo en un símbolo de riqueza. 

Ante la creciente demanda de tulipanes, los cultivadores pagaron precios cada vez más altos por los bulbos. En la década de 1610 su valor ascendió de manera importante. En 1623, por ejemplo, un bulbo costaba 1.000 florines. Una anécdota cuenta que un marinero recién llegado de un viaje se comió un bulbo de tulipán, desconocedor de su precio y utilidad. El dueño lo denunció e hizo que lo encarcelaran. 

NATIONAL GEOGRAPHIC

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