"Ni Italia ni Francia" este es el país en el que más vino se bebe del mundo

Curiosidades19 de septiembre de 2024Raudy MotaRaudy Mota
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Aunque el Vaticano es conocido por ser la sede de la Iglesia católica y un importante centro religioso, existe un dato curioso y menos conocido: lidera el consumo de vino per cápita a nivel mundial. Con una población reducida, pero con una fuerte tradición de consumo de vino, este diminuto estado independiente consume una media de 54,26 litros de vino por persona al año, lo que lo sitúa a la cabeza en este ranking global.

¿Por qué el Vaticano consume tanto vino?
El consumo elevado de vino en el Vaticano puede explicarse por varias razones culturales y religiosas. Por un lado, el vino tiene un papel importante en la liturgia católica, ya que es utilizado en la celebración de la misa. Además, la población residente en el Vaticano está compuesta en gran medida por clérigos y personas de edad avanzada, quienes tradicionalmente tienen costumbres de consumo más cercanas al vino que a otras bebidas alcohólicas.

 También es importante destacar que el Vaticano es un lugar muy turístico, lo que también influye en la oferta y demanda de productos de alta calidad, incluyendo el vino. El consumo de vino en eventos religiosos y sociales es habitual en este entorno, lo que contribuye a esas cifras tan elevadas.

Comparativa con otros países
En comparación con otros países, el consumo de vino en el Vaticano es notablemente alto. De hecho, supera a naciones conocidas por su tradición vitivinícola, como Francia, Italia y España. En estos países, aunque el vino es una parte importante de la gastronomía y cultura, el consumo per cápita es más bajo debido a la mayor diversidad en la oferta de bebidas alcohólicas y la distribución de la población en diferentes franjas de edad.

El vino no solo es una bebida consumida durante las comidas o en eventos sociales, sino que tiene un profundo significado religioso en la tradición católica. En la misa, el vino se convierte en la sangre de Cristo durante el sacramento de la Eucaristía, lo que refuerza su presencia y consumo en el Vaticano. Además, a lo largo de la historia, los monasterios y conventos han sido productores clave de vino en Europa, preservando y fomentando la viticultura.

 Para quienes viven o visitan el Vaticano, el vino también es un símbolo de hospitalidad. En muchas culturas, compartir una copa de vino es sinónimo de bienvenida y de celebración, y el Vaticano no es la excepción. Además, al estar ubicado en Italia, uno de los mayores productores de vino del mundo, el acceso a vinos de alta calidad es más fácil, lo que también contribuye al elevado consumo.

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