
Nuevo estudio revela que mucho tiempo frente a la pantalla causa mal comportamiento en los niños
Curiosidades13/06/2025

Pantallas encendidas, infancias apagadas. El tiempo frente a la pantalla es causa y síntoma del mal comportamiento de los niños, según revela un reciente estudio publicado por la American Psychological Association.
A medida que las tablets y teléfonos inteligentes se convierten en niñeras modernas, también se transforman en detonantes silenciosos de conductas problemáticas. No solo se trata de la cantidad de horas, sino del impacto emocional y conductual que ese consumo constante deja tras de sí.
El estudio, resalta una preocupante correlación entre el exceso de tiempo frente a dispositivos electrónicos y el aumento de síntomas de ansiedad, agresividad y baja autoestima en la infancia. Lo más inquietante: estas conductas pueden ser tanto resultado como justificación para prolongar aún más el uso de pantallas, generando un círculo vicioso difícil de romper.
¿Cómo influye el tiempo frente a la pantalla en el comportamiento de los niños?
Especialistas del comportamiento infantil han observado que los niños que pasan más de 3 horas diarias frente a pantallas presentan mayor irritabilidad, impulsividad y dificultades para concentrarse. Los contenidos rápidos y sobreestimulantes alteran su tolerancia a la frustración y los desconectan de su entorno social inmediato.
La psicóloga infantil Amanda Alaimo, señala que el tiempo excesivo frente a pantallas puede dañar el desarrollo del autocontrol emocional, especialmente en edades críticas. “No es solo entretenimiento, es un entrenamiento constante que reprograma su forma de reaccionar ante el mundo real”, afirma.
¿Es causa o síntoma? El dilema que plantea el nuevo estudio
El análisis encabezado por la American Psychological Association sugiere que el mal comportamiento puede ser tanto consecuencia como razón de más tiempo frente a pantallas. Padres abrumados por conductas difíciles a menudo ceden ante el dispositivo como recurso de control, sin saber que este refuerzo perpetúa el problema.
En otras palabras: un niño irritable puede ser calmado con una pantalla, pero esa pantalla, a su vez, puede estar empeorando la irritabilidad. Esta doble función —causa y síntoma— complica el abordaje del problema en entornos escolares y familiares.
Entre los signos más comunes que deberían encender alarmas están:
Cambios abruptos de humor
Aislamiento social
Dificultades para dormir
Ansiedad o miedo sin causa aparente
Bajo rendimiento escolar
También se observan síntomas físicos: vista cansada, dolores de cabeza, problemas posturales y fatiga crónica.
¿Qué dice la ciencia sobre el impacto de las pantallas en la infancia?
Estudios publicados por APA y universidades como la de Michigan coinciden: el abuso de pantallas modifica circuitos cerebrales relacionados con la atención, la recompensa inmediata y el control de impulsos. Las redes sociales, en particular, han sido vinculadas a trastornos de imagen corporal, ansiedad y depresión en preadolescentes.
El impacto puede ser duradero si se instala durante la niñez temprana. Por eso, instituciones como la Academia Americana de Pediatría recomiendan limitar el uso a una hora diaria en menores de 5 años y priorizar contenidos educativos supervisados.
Estrategias para padres: cómo reducir el tiempo frente a la pantalla de forma efectiva. No se trata de prohibir pantallas, sino de usarlas con conciencia y límites claros. Aquí algunas recomendaciones:
Establecer horarios fijos y sin pantallas durante las comidas o antes de dormir
Promover actividades offline como juegos, lectura o deporte
Acompañar el uso con diálogo: ¿qué ven?, ¿qué sienten?
Usar herramientas de control parental sin que se vuelvan castigos
Ser ejemplo: los adultos también deben limitar su tiempo en pantalla
El tiempo frente a la pantalla en niños debe ser regulado con conciencia
En un mundo digitalizado, donde los dispositivos electrónicos están al alcance de todos, entender que el tiempo frente a la pantalla en niños puede afectar su desarrollo emocional y social es esencial. No se trata de satanizar la tecnología, sino de integrarla con inteligencia, equilibrio y supervisión. Los padres, cuidadores y educadores deben estar atentos a los síntomas del uso excesivo de pantallas, ya que muchos de estos pueden confundirse con etapas normales de crecimiento.
Reducir las horas frente al celular o la tablet no solo mejora el comportamiento infantil, también favorece la salud mental, el vínculo familiar y la calidad del descanso. En lugar de buscar soluciones inmediatas, vale la pena construir hábitos digitales saludables desde la infancia.
Si notas señales de alerta, recuerda que nunca es tarde para actuar. Establecer límites es un acto de amor y una forma efectiva de prevenir trastornos de conducta relacionados con el uso de pantallas. La tecnología debe servirnos, no dominarnos.
Salud180


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