Violencia en el este del Congo deja más de 400 civiles muertos pese a pacto de paz mediado por EE.UU.

Más de 400 civiles han muerto mientras el grupo armado M23, respaldado por Ruanda, mantiene su ofensiva en la provincia de Kivu del Sur, en el este de la República Democrática del Congo, funcionarios regionales informaron el miércoles por la noche que además había presencia de fuerzas especiales ruandesas en la estratégica ciudad de Uvira.

La ofensiva avanza pese al acuerdo de paz mediado por Estados Unidos y firmado la semana pasada por los presidentes de Congo y Ruanda en Washington, aunque el pacto no incluía al M23, el grupo negocia por separado con Congo y acordó un alto el fuego que ambas partes aseguran que la otra ha incumplido. El documento compromete a Ruanda a detener el apoyo a grupos armados y a trabajar para reducir las hostilidades.

Más de 413 civiles han sido asesinados por balas, granadas y bombas, incluyendo muchas mujeres, niños y jóvenes en localidades entre Uvira y Bukavu, señaló el portavoz del gobierno de Kivu del Sur en un comunicado, según la nota, las fuerzas presentes en la ciudad están compuestas por fuerzas especiales ruandesas y algunos de sus mercenarios extranjeros, operando en clara violación del alto el fuego, así como de los acuerdos de Washington y Doha, en total desprecio de los compromisos asumidos.

El M23 afirmó que tomó el control de la ciudad de Uvira el miércoles por la tarde tras una ofensiva iniciada a principios de diciembre. El portavoz del grupo, Lawrence Kanyuka, publicó en X un mensaje animando a los ciudadanos que habían huido a regresar.

Uvira, ubicada en el extremo norte del lago Tanganica, es una ciudad portuaria clave frente a Bujumbura, la capital económica de Burundi. Congo, Estados Unidos y expertos de Naciones Unidas acusan a Ruanda de respaldar al M23, que en 2021 tenía cientos de miembros y que hoy, según la ONU, cuenta con unos 6.500 combatientes.

Aunque Ruanda rechaza esa acusación, el año pasado reconoció que mantiene tropas y sistemas de misiles en el este del Congo, supuestamente para proteger su seguridad. Los expertos de la ONU calculan que hay hasta 4.000 soldados ruandeses desplegados en territorio congoleño.

En declaraciones al medio francés RFI, el ministro de Exteriores de Burundi, Edouard Bizimana, pidió a Washington presionar al presidente ruandés, Paul Kagame, para que garantice la implementación del acuerdo firmado, asegurando que “el M23 sin Kagame, sin Ruanda, no es nada”,  Bizimana advirtió que la captura de Uvira representa una amenaza directa para Bujumbura y afirmó que su país ha registrado más de 30.000 refugiados y solicitantes de asilo en apenas tres días.

Kanyuka informó el jueves en X que «algunas fuerzas burundesas han regresado a su territorio, mientras que otras se han atrincherado en las tierras altas», refiriéndose a las colinas de Uvira y Minembwe, en Kivu del Sur. Sostuvo que “desde la madrugada del jueves 11 de diciembre de 2025, estos elementos atrincherados en las tierras altas han reanudado, con una brutalidad inaceptable, su campaña de exterminio contra nuestros compatriotas tutsi banyamulenge en Minembwe, lanzando indiscriminadamente bombas y utilizando artillería pesada que está matando a civiles inocentes, incluidas mujeres y niños”.

La Embajada de Estados Unidos en Kinshasa instó al M23 y a las tropas ruandesas a cesar todas sus operaciones ofensivas y pidió a las Fuerzas de Defensa Ruandesas retirarse del territorio congoleño.

Antes, el Ministerio de Exteriores de Ruanda culpó a las fuerzas armadas congoleñas de violar el alto el fuego. «La RDC ha declarado abiertamente que no observaría ningún alto el fuego y estaba luchando para recuperar territorios perdidos ante el AFC/M23, incluso mientras se desarrollaba el proceso de paz», señaló en un comunicado.

Más de 100 grupos armados compiten por el control de territorios en el este de la República Democrática del Congo, una zona rica en minerales y fronteriza con Ruanda, El M23 es actualmente el más influyente. La situación ha generado una de las crisis humanitarias más graves del mundo, con más de siete millones de personas desplazadas, según las autoridades. Socios locales de la ONU reportan que más de 200,000 habitantes han sido obligados a huir desde el 2 de diciembre y al menos 70 personas han muerto en ese periodo.

También se registran desplazamientos hacia Burundi y reportes de proyectiles cayendo en la ciudad fronteriza de Rugombo, lo que aumenta la preocupación por una posible expansión del conflicto.