Los beneficios de sonreír, una cuestión de salud

Curiosidades 29 de febrero de 2024 Margarita Victorino Margarita Victorino
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Cuando reímos, lo hacemos con todo el cuerpo. Al reír se contraen varios músculos de la cara y el abdomen, se expande el tórax y se estimula la actividad de pulmones y corazón, como ocurre al  practicar un ejercicio aeróbico o durante la risaterapia.

La risa es una acción que permite, entre otras cosas, liberar energía y manifestar sensaciones satisfactorias. Esta actividad también moviliza al cerebro. Un estudio de la Universidad de Stanford, California, reveló que el humor y los chistes estimulan las zonas del cerebro llamadas “de recompensa”, las mismas que se activan al consumir drogas o vivir momentos placenteros, tal como la risoterapia.

A su vez, las carcajadas favorecen la producción de endorfinas en el cerebro, específicamente las encefalinas, sustancias que actúan como relajantes naturales, reducen el estrés, la angustia y el dolor, explicó Manuel Morales, académico de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Zaragoza de la UNAM. “Estos efectos se han demostrado en pacientes con cáncer y ansiedad”.

El impacto de las expresiones de alegría en la salud es indudable. Existen estudios con niños que padecen cáncer, a quienes se les presenta una sesión con payasos y se observa disminución en su presión arterial por el efecto de las endorfinas, su estado de ánimo mejora, pueden  enfrentar mejor su enfermedad y tienen menos recaídas, aseguró.

Otro de los beneficios cuando reímos, dijo, es que favorece la actividad del sistema inmunológico al incrementar los niveles de inmunoglobulina A.

Un bebé sonríe en promedio 400 veces al día, mientras que un adulto lo hace 15 veces. El dato es revelador, ya que a medida que crecemos vamos perdiendo los beneficios de la risa.

En la FES Zaragoza, el psicólogo Manuel Morales y su grupo de investigación han documentado los beneficios físicos y emocionales de la risoterapia en enfermos.

“A los niños se les presentan payasos y títeres; a los adultos, películas cómicas, obras simpáticas o chistes; mientras ríen, monitoreamos sus cambios fisiológicos. Mediante electrocardiogramas, observamos que el ritmo del corazón aumenta, con lo cual aumenta su capacidad de bombear la sangre.

“Después de realizarles análisis clínicos de sangre para conocer sus niveles de glucosa, colesterol y otros elementos, vemos que éstos se modifican benéficamente”.

El objetivo de la risoterapia no es mantener a los enfermos sonrientes todo el tiempo, pues las carcajadas prolongadas pueden ser perjudiciales, incluso causar la muerte debido a los espasmos e interrupciones en la respiración que producen. Dicha técnica debe practicarse de manera controlada, en función del padecimiento de cada persona, aclaró.

“La risa no es la medicina que va a curar todo, pero es una herramienta más que podemos utilizar en el manejo de los pacientes, un recurso terapéutico que las instituciones de salud deberían tomar en cuenta”, consideró Manuel Morales.
 

 Salud180

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