La firma francesa que ha perfumado a más reinas de la historia (y que aún puedes oler)

Moda y Belleza 07 de junio de 2024 Yerandi Santana Yerandi Santana
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El origen del perfume se remonta, prácticamente, a la prehistoria, cuando en la Edad de Piedra se machacaban y ahumaban maderas y resinas, para crear un aroma. De ahí que la palabra perfume, viene de la expresión latina ‘per fumum’, por medio del humo, aunque es del Antiguo Egipto de donde heredamos el uso de algunas esencias y aceites para elaborar las fragancias.

 El perfume, viniera del humo del incienso, de una hoguera estratégica o de la combinación de afeites, siempre ha estado relacionado con cierto estatus, bien sea divino al ser utilizado en templos sagrados o bien sea real.

 Así que, el hecho de que las fragancias más exclusivas estuvieran solo al alcance de la realeza hasta hace algunos años, no es, en absoluto, algo raro.

 Lo que sí resulta curioso es que, en los últimos siglos, sí parecen existir ciertas notas predilectas relacionadas con la monarquía y la aristocracia, como si algunas combinaciones resultaran más exquisitas o inaccesibles.

El denominador común en muchas de ellas es la firma. Por ejemplo, la cinematográfica Sissí, es decir, la emperatriz Isabel de Austria, no solo era una fiel consumidora de Crème à la Fraise de Guerlain, que utilizaba para mantener su piel lo más blanca posible, también sentía predilección por sus perfumes, concretamente por la Eau de Cologne Impériale, elaborada por Pierre-Francois Pascal Guerlain para otra royal.

El perfume fue creado para otra emperatriz, en este caso, una española, Eugenia de Montijo, la que fuera mujer de Napoleón III. Cuando la pareja se casó el 30 de enero de 1853, ella lució un vestido con 20 abejas bordadas y en honor a la emperatriz, cuando Guerlain lanzó su L´Eau de Cologne Impériale, lo llenó de abejas. Aún a día de hoy puedes encontrar el perfume, que no ha dejado de estar a la venta, con las abejas grabadas en su frasco de cristal.

El jugo que encandiló a las emperatrices Eugenia de Montijo e Isabel de Baviera (Sissí) está compuesto por notas de limón, bergamota y romero. En poco tiempo, el agua de colonia se popularizó entre las cortes europeas, alcanzando ese estatus de perfume real y el hito le valió a Pierre-François-Pascal Guerlain el cargo de Perfumista Oficial de su Majestad, como indican desde la propia maison. Después, también se convertiría en el perfumista de la duquesa de Baden-Württemberg y de la reina de Bélgica.

AV

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