¿Por qué un lado del papel de aluminio es mate y el otro brillante?

CuriosidadesEl lunesYerandi SantanaYerandi Santana
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El papel de aluminio es un elemento cotidiano que todos tenemos en casa y que no puede faltar en toda cocina que merezca su nombre. Solemos darle dos usos principales: es una ayuda imprescindible para cocinar ciertas recetas (por ejemplo, si queremos impedir que un alimento ya gratinado que necesita más tiempo de horno se carbonice en la superficie) o, el más extendido, nos sirve para conservar muchos alimentos.

Con todo, hay un detalle que lo diferencia de otros objetos de uso similar como el papel film de envolver y que suele llamar la atención de muchos usuarios y aficionados a la cocina. ¿Por qué tiene una cara brillante y otra mate? A simple vista, este detalle parece irrelevante, y en una gran mayoría de casos no influye demasiado en el uso que le damos. Habrá quien envuelva con la cara mate; otros, con el mismo fin, preferirán la brillante. Cuestión de gusto, o tradición.

El proceso de fabricación del papel de aluminio
Para entender el porqué de estas dos caras, lo primero es conocer algunos detalles del proceso. La primera fase consiste en hacer pasar grandes bloques de aluminio a través de rodillos a alta presión para obtener una lámina. De nuevo, se vuelve a pasar este bloque de material hasta lograr un grosor mucho más reducido, de entre 0,016 y 0,024 mm para el papel de uso doméstico.

La clave de las dos caras, la brillante y la mate, se da en la última etapa del laminado. Para obtener un material extremadamente delgado, las fábricas pasan simultáneamente dos capas de aluminio superpuestas a través de los rodillos. Esto evita que las láminas se rompan, pues son muy frágiles. Durante este último paso, una de las caras de cada hoja entra en contacto directo con los rodillos (eso es lo que le da que le da el acabado brillante), mientras que la otra queda en contacto con la otra capa de aluminio. Esa es la que queda con resultado mate y la explicación de las diferencias de aspecto y textura cuando lo tocamos.

¿Influye el lado que utilizamos?
Una de las preguntas más frecuentes entre quienes se interrogan sobre la naturaleza de este objeto presente en muchas cocinas es si realmente importa qué lado utilizamos al cocinar o envolver alimentos. La respuesta, en la mayoría de los casos, es no. Tanto la cara brillante como la mate tienen las mismas propiedades en términos de conservación y cocción. La diferencia estética no altera el comportamiento del material frente al calor, la humedad o el oxígeno.

Otra duda que surge al observar las dos caras es si la diferencia de brillo afecta a sus propiedades térmicas. La teoría dice que las superficies brillantes reflejan más la radiación térmica que las superficies mates. Sin embargo, en el caso del papel de aluminio, esta diferencia es mínima y apenas perceptible en usos cotidianos como cocinar o conservar alimentos.

Según varios estudios, la reflectividad del aluminio pulido puede alcanzar hasta un 88%. En aplicaciones industriales podría suponer una diferencia, pero no en el uso que le damos al cocinar. Ahí la transferencia de calor se realiza por conducción, y en ese sentido, ambos lados, brillante y mate, son prácticamente iguales.

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