China y Estados Unidos se reúnen en Suecia en busca de avances en comercio pese a sus diferencias

Internacionales27/07/2025Celia SantanaCelia Santana
Barco_comercial_EEUU

Pekín-Washington (EFE).- Representantes chinos y estadounidenses se reúnen a partir de hoy en Estocolmo para celebrar una tercera ronda de negociaciones comerciales en la que ambas partes esperan avances pese a los temas delicados que dividen a Pekín y Washington, como las capacidades industriales de China o sus compras de crudo iraní y ruso.

China encara esta ronda, según medios oficialistas, apelando a que los avances se construyan sobre consensos alcanzados en los encuentros previos en Ginebra y Londres y la conversación telefónica de los presidentes Xi Jinping y Donald Trump el pasado 5 de junio.

Pekín ha evitado detallar objetivos específicos, pero sí ha reiterado que el diálogo deberá regirse por principios de “igualdad, respeto mutuo y reciprocidad”, y enmarcarse dentro del mecanismo bilateral de consultas, que considera clave para reducir malentendidos y reforzar la cooperación. En línea con el marco pactado en Londres, medios afines han subrayado que el Gobierno chino ha cumplido su parte de los compromisos adquiridos, incluida la flexibilización parcial de controles a la exportación de tierras raras. En las últimas semanas ha dado además algunas señales de distensión, como la suspensión de una investigación antimonopolio contra una filial de la estadounidense DuPont.

Sin mención a la prórroga

Pekín, sin embargo, ha evitado pronunciarse sobre la petición estadounidense de extender la tregua arancelaria que expira el 12 de agosto. Sí ha hecho saber, a través de medios afines, que no aceptará imposiciones sobre asuntos como la compra de petróleo ruso o iraní, el exceso de capacidad manufacturera o la estrategia industrial nacional, y que cualquier intento de condicionar las negociaciones a medidas unilaterales -como sanciones extraterritoriales o restricciones tecnológicas- dañaría el clima de entendimiento logrado.

La delegación estará nuevamente encabezada por el viceprimer ministro He Lifeng, que ya lideró los equipos negociadores en las dos citas anteriores, mientras que por la parte estadounidense solo se ha confirmado que el secretario del Tesoro, Scott Bessent, liderará al equipo de Washington.

Se desconoce si el secretario de Comercio, Howard Lutnick, y el representante de Comercio para EE.UU., Jamieson Greer, dos figuras que han encabezado negociaciones comerciales en el Gobierno Trump y que estuvieron en Ginebra y Londres, participarán también en Estocolmo.

Washington llega a esta cita con idea de ir más allá de las medidas para mitigar la guerra comercial y apuesta con retornar con un acuerdo, aunque sea de mínimos, que brinde más acceso al mercado chino a los productos estadounidenses.

Así lo aseguró esta pasada semana el propio Scott Bessent en una entrevista televisiva. «Queremos que se abran», dijo a la cadena Fox en referencia al mercado del gigante asiático. «Tienen 1.400 millones de personas con una tasa de ahorro muy alta. Tienen el potencial de una gran economía de consumidores», añadió. A ese respecto, lo último que ha dicho el presidente Donald Trump al respecto es que ambas partes tienen «los términos de un acuerdo», sin añadir más detalles.

Posible cumbre en octubre

Trump dijo, tras la llamada de junio, que está entusiasmado con la idea de reunirse con Xi, y supuestamente Pekín y Washington están en conversaciones sobre la posibilidad de que ambos celebren un encuentro en el marco de la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) que se celebrará en octubre en Corea del Sur.

Aunque Pekín no ha confirmado el temario del encuentro, se da por hecho que las discusiones abordarán el acceso a tierras raras, la estrategia en sectores tecnológicos clave o el papel de China en el suministro de precursores químicos para la fabricación de fentanilo.

Más allá de tratar la posible extensión de una tregua arancelaria, EE.UU. sí ha expresado deseos de tocar temas incómodos para el gigante asiático, ya que, además del mayor acceso a mercados, está la mencionada sobrecapacidad china en sectores clave como vehículos eléctricos, acero o paneles solares, o las compras por parte de Pekín de crudo ruso e iraní.

A eso hay que unir un asunto paralelo, no directamente ligado con las conversaciones comerciales pero con un peso importante, que supone un comodín para el Gobierno de Xi. Se trata de la necesidad de que Pekín apruebe la propuesta de Washington para la creación de una nueva sociedad, desligada de la matriz china, que permita el funcionamiento de la popular aplicación TikTok en EE.UU.

Si China no acepta la oferta, TikTok tendrá que dejar de operar en suelo estadounidense en septiembre y Trump perderá el apoyo de una plataforma que le ha ayudado enormemente a movilizar a sus bases más jóvenes. En el origen de estas negociaciones se sitúa la guerra comercial activada por Trump y la escalada arancelaria que escenificaron ambas potencias en abril, cuando los aranceles de EEUU sobre bienes chinos se llegaron a situar en el 145 % y los de China en el 125 %.

En mayo, un primer encuentro en Londres logró reducir estos gravámenes al 30 y 10 %, respectivamente, mientras que la reunión de junio en la capital británica rebajó controles de exportaciones, las de chips o motores para aviación por parte estadounidense y las de tierras raras por el lado chino.

Últimas publicaciones
Te puede interesar

Lo más visto