
La arteritis de células gigantes: una enfermedad silenciosa que puede causar ceguera súbita
Salud19/08/2025

La arteritis de células gigantes (ACG) es una inflamación de las arterias craneales —especialmente de las ubicadas en las sienes— que representa una seria amenaza para la salud visual. Su principal complicación es la pérdida repentina e indolora de la visión, lo que la convierte en una emergencia médica que requiere atención inmediata.
¿Qué es y a quién afecta?
De acuerdo con la American Academy of Ophthalmology, la ACG consiste en una inflamación de los vasos sanguíneos que reduce el flujo de sangre al cerebro, los ojos y el rostro. Esta condición afecta principalmente a personas mayores de 50 años, con mayor prevalencia en mujeres y en poblaciones con ascendencia europea, particularmente nórdica. En México también se han identificado casos, relacionados en su mayoría con mecanismos autoinmunes.
Cómo daña la vista
El riesgo más temido de la ACG es la neuropatía óptica isquémica anterior (NOI), una complicación en la que el nervio óptico deja de recibir irrigación sanguínea suficiente. Esto ocasiona un daño permanente que se traduce en pérdida visual súbita, generalmente sin dolor previo.
Síntomas que no deben ignorarse
Aunque al inicio los signos pueden parecer menores, es fundamental prestarles atención:
Dolores de cabeza intensos en la zona de las sienes.
Sensibilidad en el cuero cabelludo.
Dolor mandibular al masticar.
Fatiga, fiebre o pérdida de peso sin causa aparente.
Rigidez en cuello, hombros o cadera, vinculada con polimialgia reumática en hasta la mitad de los pacientes.
Diagnóstico y tratamiento
El diagnóstico oportuno es clave para evitar daños irreversibles. Para confirmarlo, los especialistas realizan exploraciones clínicas, análisis de sangre que detectan marcadores inflamatorios, estudios de imagen como resonancia magnética o ecografía doppler, y, en la mayoría de los casos, una biopsia de la arteria temporal, considerada la prueba definitiva.
El tratamiento debe iniciarse de inmediato, incluso antes de que se confirme la biopsia, con el uso de corticosteroides en dosis altas. En casos específicos se aplican terapias complementarias como tocilizumab —un biológico aprobado por la FDA— y, en ciertos pacientes, aspirina en dosis bajas para reducir complicaciones. El seguimiento suele prolongarse de uno a dos años bajo estricta vigilancia médica.
Una enfermedad grave pero tratable
La ACG es una enfermedad seria, pero con diagnóstico temprano y tratamiento adecuado, sus consecuencias pueden prevenirse. La detección rápida marca la diferencia entre conservar o perder la visión.
Los especialistas recomiendan acudir de inmediato a valoración médica en caso de presentar dolor persistente en las sienes, cambios visuales repentinos o cualquiera de los síntomas asociados.




Ucrania anunció nueva entrega de cuerpos de soldados caídos en la guerra








IDOPPRIL remoza oficina en Baní para mejorar servicios a trabajadores

