Siempre que uso estas máscaras de pestañas, todo el mundo me pregunta si llevo extensiones

Las pestañas postizas están bien para un evento especial, pero sOn un engorro para usar a diario. Y si te pasa como a mí, que las extensiones de pestañas no te terminan de convencer porque te parecen demasiado artificiales, debes ser una ávida ‘tester’ de máscaras de pestañas.

 Oscuridad, resistencia por horas, a prueba de lágrimas, que aporten volumen sin quedar rígidas… Las pruebas que tienen que superar son muchas y, de normal o no, las cumplen o el resultado es terriblemente artificial.

 Sin embargo, más allá de entrar a valorar fórmulas, nada como el criterio ajeno para saber si una máscara de pestañas logra el ansiado efecto de impacto. En mi caso, además de usar sérums de pestañas, la máscara es uno de esos productos ineludibles y sé perfectamente con cuáles es con las que siempre consigo halagos.

 ¿Llevas extensiones?, ¿te has hecho un lifting de pestañas? o ¿son tuyas? son algunos de los comentarios que siempre me hacen cuando llevo estas máscaras de pestañas.

Aunque sus fórmulas, precios y goupillones (el pincel con el que se aplica) son de lo más variado, el efecto de todas ellas es el de unas pestañas muy peinadas, de raíz a punta, flexibles, no apelmazadas, con una larga duración y con el negro más intenso. Resisten varias horas sin aportar rigidez y sin que resulte demasiado complicado retirarlas (los limpiadores en bálsamo o aceite son sus mejores aliados).

AV