Para entender la fuerza física de un animal hay que tener en cuenta muchas variables, empezando por cuánto es capaz de aguantar su propio peso. De esta manera podemos medir la fuerza proporcionalmente. Es evidente que si uno piensa en un animal fuerte, lo primero que se viene a la cabeza es uno de gran tamaño. El elefante africano, por ejemplo, una mole de 6000 kg, puede cargar unos 9000 kg, el equivalente a levantar 130 personas a la vez. Sin dudas lo podemos considerar un animal fuerte pero no tanto como aquel que es capaz de levantar 850 veces su propio peso, como el escarabajo rinoceronte. Esto es equivalente a que una persona promedio levante un avión comercial.
Así llegamos al "Superman" de los insectos: los copépodos. Miden un milímetro y no solo son 30 veces más fuertes que cualquier otro animal sino que también son los más rápidos del mundo: alcanzando velocidades de hasta 500 veces la longitud de su cuerpo. Esto es como si un humano pudiera nadar a cientos de kilómetros por hora en un instante. Pero ¿cómo son estos animales? ¿Cuáles son sus características diferenciales?