52 años del rescate en los Andes: el triunfo de la esperanza

Internacionales23/12/2024Raudy MotaRaudy Mota
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El 23 de diciembre de 1972 marcó el final de una odisea que aún resuena como una de las más impactantes historias de supervivencia. El accidente aéreo del vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya dejó a 16 personas con vida tras 72 días de lucha en la Cordillera de los Andes, luego de que el avión se estrellara el 13 de octubre de ese mismo año. De los 45 pasajeros, entre jugadores del equipo de rugby Old Christians, sus familiares y tripulación, solo una fracción pudo regresar.

El avión perdió el rumbo por un error del piloto y chocó en la montaña, dejando a varios muertos al instante y a otros gravemente heridos. Las gélidas noches, la falta de comida y una avalancha que cobró la vida de ocho personas agravaron aún más la situación. A pesar de todo, los sobrevivientes se mantuvieron unidos, compartiendo calor humano para no congelarse y creando normas estrictas para no caer en la desesperación.
Uno de los aspectos más impactantes de esta historia fue la decisión de consumir los cuerpos de sus compañeros fallecidos para sobrevivir. Aunque la idea causaba rechazo inicial, todos comprendieron que no había otra alternativa. Como relató Roberto Canessa: “No me enorgullezco, pero el mundo siguió, y esa decisión nos permitió seguir vivos”.

La clave para el rescate estuvo en la valentía de Fernando Parrado y Roberto Canessa, quienes caminaron durante 10 días a través de montañas heladas. Con herramientas improvisadas y carne suficiente para solo tres días, lograron llegar a la línea de nieve y encontraron al arriero chileno Sergio Catalán. Fue él quien llevó su mensaje a las autoridades y permitió organizar el rescate.

El 23 de diciembre, dos meses y medio después del accidente, helicópteros rescataron a los 16 sobrevivientes en dos operaciones. A pesar de las heridas físicas y emocionales, muchos de ellos reconstruyeron sus vidas, convirtiéndose en ejemplos de resiliencia y humanidad. Hasta el día de hoy, 14 de los sobrevivientes siguen vivos y continúan compartiendo su experiencia para inspirar a otros.

La historia de la tragedia de los Andes trasciende el dolor y la pérdida. Es un testimonio del poder del espíritu humano frente a la adversidad extrema. A 52 años del accidente, la memoria de aquellos días en la Cordillera sigue siendo un recordatorio de que, incluso en las peores circunstancias, la determinación y la esperanza pueden prevalecer.

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