"Tres autobronceadores corporales que funcionan bien", la directora de belleza dixit

No soy constante con la nutricosmética y me da una pena que me muero. Porque la verdad cuantas más compañeras veo que siguen una rutina de pastillas para complementar los productos tópicos, todas están estupendas. Pero debo confesar que de lunes a viernes no tendría ningún problema, me dejaría (ya lo he hecho alguna vez) las pastillas sobre la mesa de la redacción y ahí cada día a la misma hora, o casi, ingeriría las pastillas.

 Todo se complica cuando llega el fin de semana, me las olvido y ya está... un desastre, vamos. Ahora hay algunas que ayudan a broncearte, imagínate, pero claro, si las dejo a mitad... pues una pena.

 Así que me toca recurrir a los autobronceadores. No es un producto que me guste en especial, ahora ya están muy mejorados, pero hace un tiempo olían a pastelería rara y se aplicaban regular. Ahora, además de que algunos vienen con un guante para que te lo pongas de forma uniforme. Así que mi experiencia con estas fórmulas es de amor-odio. Lo mejor fue un día en el que mi jefe apareció con las palmas de las manos totalmente naranjas en la oficina y no sabía por qué. Hasta que descubrimos el problema: se había puesto una crema con color durante varios días y no se había lavado las manos después. Nos reímos, la verdad.

AV